Semana del 15 al 21 de enero de 2005
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Dirección:
La Rienda, 14. 33174 Caces, Oviedo. (Asturias).
Teléfono:
985798355
Email: pedro.martino@lalezna.com
Cierra: lunes
y noches de domingo a miércoles.
Precio: 55/70
euros.
Menú degustación:
30 y 44 euros.
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CALIFICACIÓN |
7 |
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L'ALEZNA (OVIEDO-ASTURIAS)
Cocina asturiana de autor
en crecimiento
En su segundo año
este restaurante ha experimentado una consolidación
importante tanto en lo que respecta a la clientela como
en la cocina
RAFAEL GARCÍA SANTOS
Con el tiempo se alcanza la madurez.
Y eso queda demostrado en LAlezna. En su segundo
año este restaurante ha experimentado una consolidación
importante tanto en lo que respecta a la clientela como
en la cocina. Y es que el joven Pedro Martino va adquiriendo
veteranía y una firmeza que se manifiesta en
la construcción de los platos y su desarrollo.
Se trata de una culinaria siempre concebida desde una
perspectiva de autor eso sí, en ocasiones
con un marcado cariz asturiano y con vocación
artística, cada día más posibilista
y pragmática.
Un homenaje a la Asturias más profunda, si bien
refinada y aligerada, lo encontramos en la crema de
fabes con virutas de ibérico; cocido arrollador
sustentado más en el pote que en la celebérrima
fabada. Otro condumio ingenioso sin perder un
ápice su carácter pantagruélico
es el ravioli de rabo de buey sobre crema de calabaza
y caramelo de chorizo; gula incuestionable. También
recrea el paisaje, sólo que con sabores y texturas
de vanguardia confrontados en perfecta armonía
los oricios erizos de mar con crema de
sidra y manzana, además de crujiente.
Las
sardinas asadas con un preciosista, cremoso y delicado
helado de remolacha y frambuesas, más ajo blanco
y albahaca, muestran un arco iris de sabores originales
capaces de seducir a los paladar más atrevidos.
La casa alcanza su momento cumbre con el pulpo, servido
en trozos hermosos, rebosante de suculencia y carnosidad,
absolutamente manjaroso, que nada en una salsa de sus
esencias perfumada con naranja. Sobre ella aparecen
varios complementos, como distintos frutos secos, que
aportan un carácter crocante a la textura del
cefalópodo.
Los pescados son siempre estelares, tanto por materia
prima como por una hechura precisa que potencia la naturalidad
gustativa y táctil. De memorable puede calificarse
el esencial y suficientemente realzado pixín
sobre jugo de cebolla confitada con migas crujientes.
Para conmover, el mero con lechuga de mar y olivas machacadas,
que es todo un alarde de intensidad sápida. Y
no hay que perder de vista al bacalao, tornasolado,
jugosísimo, que cambia de adornos cada temporada,
como prácticamente sucede con toda la carta,
ratificándose en lo convincente.
En fin, las ganas son las de siempre, los criterios
parecen más sólidos y los resultados han
ganado en aceptación. Esperemos que todo vaya
por ese camino. Por lo demás, el marco es un
precioso restaurante, ubicado en los alrededores de
Oviedo y con maravillosas vistas al Nalón.
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