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'La Paloma' abre la puerta a una ciudad en pleno resurgimiento
El abrazo al viajero de Chillida
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Otro hito para bilbao

Los visitantes van a tener un primer contacto inolvidable con la ciudad

SANTIAGO GONZÁLEZ

Ayer fue uno de esos días festivos para Bilbao. Apenas dos días después de la celebración del quinto aniversario del metro, inaugurábamos 'La Paloma', la nueva terminal de pasajeros diseñada por Santiago Calatrava y construida durante los últimos cuatro años. La vieja terminal prestará su último servicio el sábado para convertirse a partir de entonces en hangar. El edificio recién inaugurado pasará a estar operativo el domingo.

Las cifras son de superproducción: un presupuesto de 15.000 millones de pesetas, una superficie construida de 32.000 metros cuadrados, una capacidad de pasajeros que alcanza los cuatro millones al año; 36 mostradores de facturación; 3.000 plazas de aparcamiento.

Calatrava explicó solventemente el intríngulis de 'La Paloma' al príncipe Felipe, al lehendakari Ibarretxe, al ministro Alvarez Cascos (el amigo de los vascos), a la ministra Birulés y a los 400 invitados. Se trata de un homenaje al paisaje de esta tierra, visible desde cualquier punto de la terminal gracias a su extraordinaria luminosidad.

Calatrava ha hecho un magnífico edificio, con una resolución espacial admirable, que parece dotado de ingravidez. Otra cosa es que los accesos sean algo dificultosos y que algún pasaje pueda ser helador para los usuarios en los días más crudos del invierno.

El lehendakari se mostró como un buen anfitrión con el Príncipe de Asturias, solícito y dicharachero. Tanto, que durante su breve discurso le llamó dos veces «Majestad». Sabia actitud que todos aprendimos en la mili: en caso de duda es mejor equivocarse por arriba; uno se cruza con un teniente y si no acierta a distinguirle el grado, es preferible llamarle «mi capitán» a «mi brigada».

La inauguración de ayer, problemas protocolarios aparte, fue otra de las fechas grandes para Bilbao, un nuevo hito para una ciudad que se renueva cada día para sorpresa y admiración de propios y visitantes. A partir del próximo domingo, nuestros visitantes van a tener un primer contacto inolvidable con Bilbao y la primera impresión, ya se sabe, es la que queda.

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