'Star Trek': Fiebre Cósmica

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Bill Gates, Tom Hanks, Quentin Tarantino o incluso Alaska se han declarado fans de una saga que en estos días celebra su cuarenta aniversario

BORJA CRESPO

Ser o no ser trekkie . Una cuestión peliaguda que quita el sueño a algún que otro fanático del universo Star Trek, no siempre dispuesto a airear su estrambótica afición frente a aquellos que no entienden el idioma Klingon. Personajes conocidos en el mundo mundial, como Bill Gates, Tom Hanks, Stephen Hawking, Whoopi Goldberg, Mira Sorvino, Ben Stiller, Quentin Tarantino o nuestra Alaska, son fans confesos de una serie de televisión convertida en un fenómeno social que estos días celebra su 40 aniversario por todo lo alto, con el lanzamiento de nuevas ediciones en DVD y su presencia en el inminente festival de cine de Sitges, donde diversas actividades en torno a la saga intergaláctica conmemorarán un merecido cumpleaños desde su primera emisión el 8 de septiembre de 1966 en la cadena estadounidense NBC . Por aquel entonces nadie daba un centavo por esta exuberante criatura catódica, engendrada por la mente de Gene Roddenberry, un entusiasta de la ciencia-ficción que supo afrontar el rechazo de la emisión del capítulo piloto y el fracaso de clausurar la serie tras tres temporadas antes de que su actual éxito se desencadenase.

Recibida en sus comienzos con excesiva cautela por parte de los mandamases del mundo de la televisión, la serie Star Trek, conocida por estos lares como "La conquista del espacio", resurgió de sus cenizas y se reveló como un fenómeno de masas sin parangón que aún continúa, sin signos de decadencia, gracias al apoyo de miles y miles de fans por todo el universo. La imagen de Spock, el ser mitad terrestre mitad vulcano de orejas picudas interpretado por Leonard Nimoy, es un icono indispensable de la cultura pop, fácilmente reconocible en todo el planeta, incluso para quienes no siguen las andanzas de la tripulación de la nave Enterprise, que se va renovando con nuevos rostros para el deleite de generaciones de ayer y de hoy, dando pie a nuevas sagas futuristas que recogen el testigo del Capitán Kirk y compañía, siempre dispuestos a conocer otras formas de vida del espacio exterior esgrimiendo una actitud positiva y de amistad tras los terribles errores cometidos por los seres humanos en la Tierra, un maratón de fatalidades que acabaron en un apocalipsis nuclear.

La emblemática nave Enterprise, el hogar de los protagonistas de la serie, surca una infinidad de galaxias pobladas por seres desconocidos. En cada episodio, la tripulación trata de llevar adelante innumerables misiones de paz y solidaridad que buscan el cumplimiento de las leyes dictadas por la Federación, una suerte de Naciones Unidas espaciales. El Capitán Kirk, interpretado por Wiliam Shatner, encarna bien el mensaje de la creación de Roddenberry. Su principal preocupación es tomar las decisiones oportunas para que la armonía impere. Está hecho un padrazo, y nunca se separa de su fiel Spock, un personaje con poderes telepáticos, capaz de analizar situaciones inverosímiles con una racionalidad pasmosa, que aprovecha los sentimientos de su mitad humana y la frialdad de su lado vulcano para encontrar un equilibrio emocional de vital importancia en la resolución de numerosos conflictos planteados en la trama. El actor Patrick Stewart, en la palestra últimamente gracias a su participación en la saga X-Men como el profesor Charles Xavier , ocupó el lugar de Kirk en los años 80 en "Star Trek: La Nueva Generación", en la piel del Capitán Picard, un hombre solitario, más distante que su antecesor, que no duda en jugarse la piel por salvar a sus compañeros de fatigas si es necesario. El androide Data, defendido por el actor Brent Spiner, suplantó a Spock con eficacia, manteniendo viva la llama de una criatura audiovisual que aún sigue vivita y coleando y ha saltado a otras disciplinas como el cine con mayúsculas, el cómic y los videojuegos, entre otros medios.

La estética de Star Trek, de lo más kitch hoy en día, es muy diferente a la que podemos ver en otras propuestas interestelares como "Alien", más "sucia", o "Star Wars", con un lado oscuro muy acusado. Aquí es un mundo de luz y color por donde pululan los protagonistas enfundados en uniformes impecables, cuyos bolsillos están repletos de ilusiones y buenas intenciones, a la manera de unos hippies con ganas de sembrar la paz en los confines del espacio. Se erige como una serie de ciencia-ficción pionera por el uso visionario de la tecnología, el tratamiento de temas que reflejan nuestra realidad o su cohesión interna como universo. Su abierto optimismo es una característica que la diferencia de otros productos similares. En el futuro imaginado por Roddenberry la raza humana ha superado sus diferencias, ha construido un mundo de paz e igualdad para todos y está preparada para llevar este mensaje a dónde haga falta: LARGA Y PROSPERA VIDA.