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ENTREVISTAS Y REPORTAJES

Entrevista a Tiago Splitter
Maljkovic-Scariolo,
¿cita para una final?
Sobresaliente contra matrícula
(por Juanma Iturriaga)
Entrevista a Dejan Tomasevic
ala-pívot del Panathinaikos
Trayectorias cruzadas de cuatro grandes técnicos
 

OPINIÓN

El sueño número siete
Marina Maljkovic
Un Tau más experimentado
Kornel David
Jugadores determinantes
Dejan Bodiroga
Dos y dos
Juanma Iturriaga
Fortaleza mental
Ricardo Pittis
Un escaparate mundial
Gorka Arrinda
Dos ganadores natos
Pablo Laso
 

VÍDEOS

Presentación de la Final Four
Querejeta ilusionado
El TAU viaja a Atenas
Prigioni y Scola, en Atenas
Entrenamiento del TAU
Entrenamiento del Panathinaikos
Afición en Atenas (1) |(2)|(3)
 

FOTOS

El TAU viaja a Atenas
La marea azulgrana
Panathinaikos-TAU | Ambiente
CSKA-Unicaja
 

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OPINIÓN / PABLO LASO ENTRENADOR DEL ALERTA CANTABRIA
Dos ganadores natos
PABLO LASO. /Archivo
Maljkovic y Obradovic, dos grandes técnicos frente a frente en la semifinal más igualada sobre el papel. Ambos disponen de plantillas largas y conpensadas. Zeljko parte con cierta ventaja sobre ‘Boza’ por el tiempo, hablamos de años, que lleva trabajando en el mismo proyecto.

Ganador indomable, Obradovic fue campeón de Europa en su debut como técnico en el Partizán. A partir de ahí, no ha parado. Joventut, Real Madrid, Benetton y ahora Panathinaikos. Siempre ha dejado huella. Sus primeros años hasta su llegada a Atenas reactivó equipos que no pasaban por su mejor momento. Intuitivo, capaz de ver los problemas antes de que lleguen; provocador, siempre atento para que nadie se relaje; entrañable. Los jugadores que le hemos sufrido nunca hemos dudado de su capacidad para motivarte y tenerte en tensión.

Contaré una anécdota personal que dice mucho de él. Final de Copa de Europa en Chipre. Durante la semana anterior yo siempre entrenaba con el equipo titular. Es una final, con la motivación que eso produce. Llega el descanso y todavía no había jugado ni un minuto. Cuando volvíamos a la cancha, noto que me agarran violentamente por la espalda, es Zeljko: «Pablito, atento, vas a jugar». Pasan los minutos y yo sigo ahí sentado. Mediado el segundo tiempo se gira; «Pablo, ven aquí». Salto a la silla de cambios, se me acerca y pienso: ‘¡Qué c... quiere este tío ahora!’. «Pablito, sal ahí, organiza esto y ganamos el partido». Lo gracioso de la anécdota es que todos los jugadores de aquella final tenemos una así. Supo tocarnos la fibra y sacar lo mejor. Obviamente, fuimos campeones.

‘Boza’, en esta desventaja por el tiempo, cuenta con otro plus; su experiencia. Tranquilo en la cancha, dispone de una plantilla y un club que QUIERE este éxito. Conocedor de todos los entresijos de este deporte, estoy seguro que tiene en mente esta cita desde que aterrizó en Vitoria. Ha manejado el equipo con sapiencia, para que lleguen todos en el mejor momento. En esa falta de tiempo, ha utilizado variantes tácticas –zonas, sistemas ofensivos…– para tener fresco al equipo.

Con una fe ciega en sus posibilidades, Maljkovic transmite a su grupo esa fe ciega en sus posibilidades. Le recuerdo siendo entrenador del Real Madrid, en un quinto partido de final de Liga ACB, perdiendo por ocho a falta de… ¡Ah no! No quiero ni recordarlo. El duelo de banquillos está servido.


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