Hemos tenido que esperar diez años
para ver de nuevo a dos equipos ACB en la Final a Cuatro de la Euroliga
y, de ganar TAU Cerámica y Winterthur Barcelona -ojalá-,
sería la primera vez que dos clubes españoles puedan
dirimir la gran final de la máxima competición continental,
ya que por aquel entonces los equipos de una misma Liga se tenían
que enfrentar, obligatoriamente, en semifinales.
Y podría darse tan feliz circunstancia; ¿por qué
no? Disputar una Final a Cuatro consiste en vivir el momento. De
cómo lleguen los protagonistas va a depender todo. Las sensaciones
y la fortaleza mental valen quizá mucho más que los
sistemas, que también son importantes, claro está,
pero siempre he pensado que llegar fino es lo que verdaderamente
importa en estas ocasiones. Porque una mente clara y relajada interpreta
mucho mejor lo que ocurre en una cancha. Siempre recordaré
la 'F4' de Atenas'93 en la que el Limoges de Maljkovic ganó
nada menos que al Madrid de Sabonis y al Benetton de Kukoc. Vivieron
y disfrutaron ¡y cómo! de su momento.
Y no comparo a ninguno de los cuatro equipos presentes en Praga
con aquellos franceses. Gane quien gane, no será una sorpresa.
Nadie está por encima de los demás. Tampoco por debajo.
No encuentro a este Maccabi -que defiende título y buscará
la tercera corona consecutiva- superior al TAU de Perasovic. Al
revés. Creo que este TAU es el equipo más dinámico
de los cuatro, el que mejor puede variar el guión dependiendo
de las circunstancias. El que si hay que correr es el más
veloz y si hay que parar es el más sensato. Prigioni -por
poner un ejemplo luminoso- tiene mucho que ver en ello. Es ésta
una cualidad fundamental cuando hay que jugárselo todo a
un partido ante el actual campeón y a dos luego ante el ganador
de la otra semifinal. Que bien pudiera ser el Barça de Ivanovic.
Tampoco lo considero inferior al CSKA. Pero sí veo a los
barceloneses con menos capacidad de reacción (defensiva sobre
todo) que a los otros. Son más de carril, aunque cueste entender
esto en un equipo que tiene a Navarro.
Praga coronará a un campeón español. Es mi
intuición y mi deseo. Por merecimientos será, además
de por probabilidades.