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Fernando J.Pérez
Enviado especial |
Iñurrategi y Beloki vuelven al campo
base tras equipar la ruta hasta la arista este
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Iñurrategi y
Lafaille conversan junto al campo base. / F. J. PÉREZ |
Un ataque en ocho días Alberto Iñurrategi y Jon
Beloki volvieron ayer al campamento base. Lo hicieron cansados
-muy cansados- pero satisfechos. Tras sus últimos cinco
días en la montaña la ruta hasta la arista este
del Annapurna está prácticamente equipada y el ataque
a cumbre está próximo. Según el de Aretxabaleta
sería inmediato. «Todo está a punto para hacer
el primer ataque a cumbre», asegura con su habitual convicción.
Aunque no es una opinión compartida por todos los alpinistas.
La culpa la tiene la última dificultad descubierta en la
ruta por los expedicionarios: el acceso a la arista entre el Glaciar
Dome y el Roc Noir. En la inspección que realizaron Lafaille
y Viesturs el lunes descubrieron unos perfiles muy empinados y
afilados, que exigían la instalación de cerca de
500 metros de cuerdas fijas, según el cálculo inicial
que realizaron, para asegurar la ruta durante el descenso.
La cara de susto con la que bajaron el estadounidense y el francés
fue tal que inmediatamente hubo reunión en las tiendas.
La primera decisión que se tomó fue dar por instalado
el campo III en el lugar donde estaban, a 7.100 metros y a unas
dos horas del sitio previsto inicialmente, en la misma arista.
El pesimismo era tal que Alberto llegó a plantear la renuncia
a la vía. Al final, quedaron en que ayer Iñurrategi,
Beloki y Lafaille subirían con toda la cuerda posible.
Alberto y Jean-Christophe instalaron los 150 metros que llevaban
y vieron el acceso a la arista mucho más factible. «Es
una pala que tiene una pendiente de unos 50 grados y luego la
arista es muy afilada y tiene unas grandes cornisas hacia la otra
vertiente. Creo que con lo que hemos instalado ya está
bien. Quedan unos 50 metros sin cuerda hasta la arista, pero tomando
precauciones se pueden hacer sin problemas», explicaba Alberto
con su habitual optimismo. A partir de ahí sólo
les quedaría ascender el Roc Noir (7.490 m.) y continuar
luego por los siete kilómetros y medio de la arista este
hasta el Annapurna I.
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Un ataque en ocho días |
La ruta equipada, los alpinistas perfectamente aclimatados... Todo
está a punto y la cuenta atrás ha comenzado. Sólo
queda esperar a que la meteorología se estabilice y ofrezca
una ventana de buen tiempo de al menos una semana. En realidad de
ocho días. Ese es el tiempo que Alberto Iñurrategi
ha calculado necesario para subir, recorrer la arista, hacer cumbre
en su decimocuarto ochomil y retornar a la seguridad del campamento
base.
«Tres días necesitaremos para llegar hasta el campo
III. Luego, ya en estilo alpino, emplearemos otro para recorrer
la arista hasta la cumbre oriental y otro más para ir de
allí a la cumbre principal. El descenso nos llevará
una o dos jornadas más en la arista y otra más desde
el campo III», detalla el alpinista vasco.
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