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DÍA 37

Fernando J.Pérez
Enviado especial

Iñurrategi y Beloki vuelven al campo base tras equipar la ruta hasta la arista este

Iñurrategi y Lafaille conversan junto al campo base. / F. J. PÉREZ

Un ataque en ocho días Alberto Iñurrategi y Jon Beloki volvieron ayer al campamento base. Lo hicieron cansados -muy cansados- pero satisfechos. Tras sus últimos cinco días en la montaña la ruta hasta la arista este del Annapurna está prácticamente equipada y el ataque a cumbre está próximo. Según el de Aretxabaleta sería inmediato. «Todo está a punto para hacer el primer ataque a cumbre», asegura con su habitual convicción. Aunque no es una opinión compartida por todos los alpinistas.

La culpa la tiene la última dificultad descubierta en la ruta por los expedicionarios: el acceso a la arista entre el Glaciar Dome y el Roc Noir. En la inspección que realizaron Lafaille y Viesturs el lunes descubrieron unos perfiles muy empinados y afilados, que exigían la instalación de cerca de 500 metros de cuerdas fijas, según el cálculo inicial que realizaron, para asegurar la ruta durante el descenso.

La cara de susto con la que bajaron el estadounidense y el francés fue tal que inmediatamente hubo reunión en las tiendas. La primera decisión que se tomó fue dar por instalado el campo III en el lugar donde estaban, a 7.100 metros y a unas dos horas del sitio previsto inicialmente, en la misma arista. El pesimismo era tal que Alberto llegó a plantear la renuncia a la vía. Al final, quedaron en que ayer Iñurrategi, Beloki y Lafaille subirían con toda la cuerda posible.

Alberto y Jean-Christophe instalaron los 150 metros que llevaban y vieron el acceso a la arista mucho más factible. «Es una pala que tiene una pendiente de unos 50 grados y luego la arista es muy afilada y tiene unas grandes cornisas hacia la otra vertiente. Creo que con lo que hemos instalado ya está bien. Quedan unos 50 metros sin cuerda hasta la arista, pero tomando precauciones se pueden hacer sin problemas», explicaba Alberto con su habitual optimismo. A partir de ahí sólo les quedaría ascender el Roc Noir (7.490 m.) y continuar luego por los siete kilómetros y medio de la arista este hasta el Annapurna I.


Un ataque en ocho días

La ruta equipada, los alpinistas perfectamente aclimatados... Todo está a punto y la cuenta atrás ha comenzado. Sólo queda esperar a que la meteorología se estabilice y ofrezca una ventana de buen tiempo de al menos una semana. En realidad de ocho días. Ese es el tiempo que Alberto Iñurrategi ha calculado necesario para subir, recorrer la arista, hacer cumbre en su decimocuarto ochomil y retornar a la seguridad del campamento base.
«Tres días necesitaremos para llegar hasta el campo III. Luego, ya en estilo alpino, emplearemos otro para recorrer la arista hasta la cumbre oriental y otro más para ir de allí a la cumbre principal. El descenso nos llevará una o dos jornadas más en la arista y otra más desde el campo III», detalla el alpinista vasco.