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DÍA 22

Fernando J.Pérez
Enviado especial
La expedición al Annapurna instala el campo II

Iñurrategi visiona unas imágenes, ayer en el campo base. / F.J. PÉREZ
El Annapurna está un poco más cerca. La expedición Oinak Izarretan instaló ayer el campo II, a 6.400 metros de altura, entre los picos Singu Chuli y Glaciar Dome. Alberto Iñurrategi y Jon Beloki confirmaron las mejores expectativas de la jornada por radio desde el campo I, donde llegaron sobre las dos y media de la tarde tras una agotadora y frenética jornada de actividad compartida, como siempre, con la parte foranea de la expedición: Lafaille, Viesturs y Veikka.

En su voz se podía notar claramente el cansancio después de acabar de equipar la ruta con cuerda fija y portear todo el material necesario para montar las tiendas y dotarlas de la comida y el abrigo necesario para utilizarlas como resguardo. Incluso planteaban tomarse el día de hoy como descanso en el C-I para reponer fuerzas. Pero también se entreveía la satisfacción de haber podido cumplir, finalmente, con el plan que les llevó ayer a la montaña.

Y la apuesta no era fácil. La gran nevada que cayó el domingo por la tarde no hacía presagiar nada bueno. Pero los alpinistas prefirieron guiarse por su instinto y les salió bien. Ayer amaneció un día espléndido que pudieron emplear en alcanzar y montar el segundo campamento de altura. Eso no quita para que anteayer, en plena tormenta, pasasen momentos de intranquilidad debido al fuerte aparato eléctrico -algo muy poco frecuente en Himalaya- que acompañó a la tormenta. Jon Beloki explicaba por radio cómo, aunque no temieron por los rayos, la gran cantidad de electricidad estática existente en el aire hizo que tuviesen toda la tarde, literalmente, los pelos de punta.

El tramo equipado ayer es el que va desde la parte alta del serac que bordearon la semana pasada, a unos 6.100 metros de altitud, hasta la arista entre el Singu Chuli y el Glaciar Dome. El recorrido discurre por una zona menos técnica respecto a los equipado anteriormente, aunque más larga: un gran plató y una pala de nieve hasta la arista donde han instalado unos doscientos metros de cuerda fija.

Desde el campo II, según explicaba por el walkie Alberto, tienen una visión perfecta de lo que les queda de ruta hasta entrar en la arista y, por supuesto, de ésta hasta la cumbre del Annapurna. El tramo no es excesivamente técnico hasta el campo III, a 7.200 bajo el Roc Noir, pero si muy largo, algo que a esas altitudes ya se deja notar en la resistencia física. «Es una auténtica calzoncillada», según explicaba gráficamente Alberto al referirse a la travesía que tienen hasta el C-III. Eso no impedirá que si, finalmente, hoy vuelven al tajo, asciendan de nuevo al C-II e inicien la equipación de la ruta hasta los 7.200 según el plan previsto.

A vueltas con la meteorología

La expedición al Annapurna recibe las previsiones del centro meteorológico de Chamonix (Francia) y del servicio de la web barrabes.com (especializado en montaña).

Los hombres del tiempo locales lo único que hacen es interpretar los datos que reciben del satélite que se encuentra sobre el Himalaya. Y hay auténticos gurús especializados en ello. Pero ahí está el problema. En una cordillera tan formidable como es ésta la lectura de una fotografía de satélite abarca demasiados matices. Y si lo que quieres es exactamente saber el tiempo que va a hacer en el Annapurna el desafío es equiparable a acertar en una diana situada miles de kilómetros.

Así, por suerte el domingo no se cumplió la previsión de que iba a haber vientos de 70 kilómetros por hora en el campo base. Y lo que indican para esta semana en el Santuario del Annapurna es buen tiempo en general, con nubes o nieblas por las tardes y mucho frío en las alturas. A 7.200, altitud del campo III, dan una temperatura media de 20 bajo cero para toda la semana. Y a 8.000, o sea en la cumbre, de -40 o -45, con vientos cercanos a los 100 kilómetros por hora. Por suerte, la expedición no irá en su busca hasta dentro de dos semanas. Y para entonces, la experiencia les dice que la primavera se dejará notar.