Fernando J.Pérez
Enviado especial |
«Alberto vivirá ahora más
tranquilo»
Rosario Iriarte, madre del montañero de Aretxabaleta,
asegura haber «sufrido más que nunca» con esta
expedición al Annapurna
Conectar la radio al levantarse es ya un hábito para Rosario
Iriarte, la madre de Alberto Iñurrategi. Ayer también
lo hizo. Y así, por fin, oyó lo que lleva días
esperando. Su hijo había hecho cumbre. «Estaba escuchando
uno de los primeros partes de la mañana de Euskadi Irratia
cuando me he enterado. Ha tenido que ser muy duro para ellos,
y todavía les falta el regreso hasta el campo base, por
lo que habrá que esperar hasta el sábado (hoy) para
celebrar como se debe la noticia», señala con cautela.
Tiene fresca su última conversación con Alberto,
el pasado jueves. «Me dijo que estaba muy bien, que no me
preocupara y que el sábado iban a iniciar el ascenso a
la cumbre. Luego he mantenido contactos, pero ya no directamente
con él». Para ella han sido días de espera,
casi de calvario. Dice que con esta expedición ha sufrido
muchísimo -«más que nunca», subraya-,
porque habían elegido el camino «más duro
y difícil» para atacar el Annapurna.
Rosario Iriarte pasó la mayor parte del día pendiente
de las noticias sobre la hazaña de su hijo y del francés
Lafaille en la mítica cumbre del Himalaya, y recibiendo
las felicitaciones de amigos y conocidos. «Creo que Alberto
se ha sacado un peso de encima y que a partir de ahora vivirá
más tranquilo. Era un reto para él muy importante».
La radio y las llamada telefónicas no lograron, sin embargo,
que la tranquilidad fuera total. Sabe que la montaña es
traicionera, que la ascensión incluye el descenso. «El
run run todavía te queda por dentro hasta que todo esté
ya terminado». Por eso, Rosario Iriarte prefirió
aparcar cualquier tipo de celebración. «La fiesta
la dejamos para el sábado (hoy). Cuando Alberto y su compañero
se encuentren ya en el campo base será el momento de celebrarlo
como se merece».
El éxito de la expedición corrió pronto
entre los conocidos de los Iñurrategi. Joxerra Zubizarreta,
montañero de Eskoriatza que ha compartido muchas cumbres
con Alberto y su desaparecido hermano Félix, se mostraba
ayer emocionado. «Es algo grande y estos momentos son muy
fuertes para nosotros, porque normalmente eran cosas que antes
celebrábamos en plural». «De hecho -agregó-
lo primero que ha hecho Alberto al conseguir la cumbre ha sido
acordarse de Félix».
Zubizarreta considera que Alberto no podía haber elegido
mejor modo de sumar su decimocuarto ochomil: «Al final ha
acertado. Vio que había una vía de acceso al Annapurna
posible, muy bonita, pero a la vez muy dura y exigente. Era para
él un reto y afortunadamente ha alcanzado la cumbre. Ahora
sólo falta que desciendan hasta el campo base para hacer
una doble celebración».
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