Ambos
candidatos creen ser el nuevo presidente de Estados Unidos
El
Gobierno federal niega a Bush los fondos destinados a la transición
Consejeros electorales de los demócratas muestran a la
Prensa votos de Gore
MERCEDES GALLEGO.ENVIADA ESPECIAL.
MIAMI DADE
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REPUBLICANOS FERVOROSOS no pierden oportunidad. |
Una vuelta más a lo insólito
hasta tornarlo esperpéntico. Calculadora en mano, los
consejeros de la campaña demócrata mostraban ayer
a la prensa los números que, según ellos, convierten
a Al Gore en el nuevo presidente de EE UU.
La triunfal deducción ocurría
apenas horas después de que su rival republicano, George
Bush, se autodeclarara por tercera vez ganador de Florida y,
en consecuencia, de todo el país, con tanto convencimiento
que hasta ha pedido a Washington casi mil millones de pesetas
que se destinan a la transición. La respuesta del departamento
de Servicios Generales de la Administración (GSA) ha sido
clara: «Ni llave ni dinero», explicó el portavoz
del departamento que debe dar oficina en Washington al nuevo
presidente electo, «ya que no hay un ganador aparente y
el resultado no está claro».
El gobernador de Texas había expresado
una opinión muy distinta en el discurso dominical que
siguió a la certificación de Florida. «las
elecciones fueron muy reñidas, pero esta noche, después
de contar, recontar y volver a contar los resultados, el secretario(Dick)
Cheney y yo tenemos el honor de haber ganado».
Bush, que con la de ayer era ya la tercera
vez que se autodeclaraba presidente, estableció al día
siguiente de las elecciones un gabinete de transición
del que ha nombrado vicepresidente a Cheney. El candidato a vicepresidente
sufrió el pasado miércoles un infarto tras conocerse
la decisión del Tribunal Supremo de Florida, que ordenó
a la secretaria de Estado Katherine Harris ampliar el plazo hasta
el domingo para que se incluyeran los resultados del escrutinio
manual de varios condados.
Harris, a la que la prensa americana califica
sin pudor como «el perrito faldero de los hermanos Bush»,
abrió la oficina en domingo para no dar ni un segundo
extra a quienes se batían con el reloj para acabar las
14.500 papeletas impugnadas por los observadores. El Supremo
había aclarado que los resultados podrían entregarse
a las 9 de la mañana de ayer lunes por estar cerradas
las oficinas de gobierno en domingo, pero Harris no respetó
las fiestas de guardar. «Esta oficina está abierta»,
respondió sin compasión a la Junta de Palm Beach.
Una bofetada
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Gore está convencido de que es el ganador
y de que los tribunales le harán presidente en cuanto
se resuelvan las impugnaciones. /AP |
«Es una bofetada para toda la
gente que se ha pasado un montón de horas contando papeletas»,
dijo indignado el juez Charles Burton, el único republicano
de la junta. Los tres miembros terminaron su trabajo a las 7.08
minutos, apenas dos horas después del plazo fijado. Harris,
que tenía prevista a las 6 de la tarde una comparecencia
pública para certificar Florida, esperó hasta conocer
esos resultados que según los demócratas ponen
a Gore nueve votos por delante de Bush, y decidió rechazarlos.
Previamente, y al borde del plazo fijado, Palm Beach había
emitido un resultado parcial que también fue rechazado
por Harris.
Los ayudantes de Gore observan que con
los 215 votos de ganancia neta que el vicepresidente obtuvo en
ese condado, los 157 que Miami Dade contó pero no ha incluido
en el cómputo, y sin 174 votos por correo que se han contado
irregularmente, Gore obtendría 546 votos más de
los certificados, con los que anularía la ventaja de 537
que dan la victoria a Bush.
A esas cuentas habría que añadir
un largo etcétera en el que sumar los 52 votos que Gore
ha perdido en el condado de Nassau por la extraña decisión
de su junta electoral de incluir el primer recuento de la noche
electoral en lugar del último, los llamados ëvotos
preñadosí que no se han contado en West Palm Beach,
y qué decir de las 19.000 papeletas mariposas que están
en los tribunales.
Convencido de que es el ganador y de que
los tribunales le harán presidente en cuanto se resuelvan
las impugnaciones que presentaron ayer sus abogados, Gore también
hace cábalas de gobierno. En una entrevista concedida
ayer al diario 'The New York Times', el vicepresidente confesó
que ya ha decidido quién formará su gabinete de
gobierno, lo que a su juicio es todo lo que él o Bush
pueden necesitar para la transición. En sus planes Gore
pretende incluir en su gabinete a varios prominentes republicanos
con objeto de unificar al país y «cerrar las heridas»
abiertas en la guerra por la Casa Blanca.
«He indicado a todos los que están
asociados con mi causa que nunca acusen a la otra parte de robar
las elecciones o de obtener los resultados que no sea ética»,
explica en la entrevista. «Creo que ese lenguaje es dañino
para nuestra república, en tiempos de agudizada vulnerabilidad
y tensiones cívicas».
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