Las prisas de Florida
El estado caribeño
se puede quedar fuera de la elección a la presidencia
si no logra dilucidar el destino de sus delegados en dos semanas
MERCEDES GALLEGO.ENVIADA ESPECIAL.
MIAMI DADE
Florida certificó ayer los resultados
de las elecciones celebradas el pasado día 7, pero el
estado seguía sin ganador y Estados Unidos sin nuevo presidente
por culpa de los nuevos pleitos. «¿Es cuestión
de días, de semanas ...? ¿Para cuándo podremos
tener un ganador?», se le preguntó a la estrella
del equipo legal de Al Gore, que no ha querido reconocer los
resultados de ayer. «Para el día 12», afirmó
sin titubear David Boies.
El hombre que tumbó a Microsoft ni siquiera cree que la
última palabra esté en el Supremo de Washington,
que oirá a las partes el viernes. La fecha en la que ve
el límite corresponde al día en que Florida deberá
nombrar a los veinticinco delegados electorales que representarán
al estado en la votación final del Colegio electoral,
a celebrarse el 18 de diciembre en Washington, si no quiere quedarse
fuera de la elección a presidente. Los votos que emitan
los 538 delegados tendrán que ser leídos el 5 de
enero por Al Gore, en uso de su actual cargo de vicepresidente.
El ganador, si existe, deberá sustituir a Bill Clinton
en la Casa Blanca el 20 de enero.
La anunciada impugnación de los resultados que los abogados
de Gore pretenden interponer hoy ha de contemplar el plazo legal
de diez días para que la contraparte responda. Con ello
ambos bandos se colocarían a sólo cinco días
del plazo final para nombrar a los delegados. Si a esas alturas
las partes no han podido ponerse de acuerdo, el Congreso estatal,
de mayoría republicana, podría elegir los representantes.
De lo contrario, opinan buena parte de los juristas, Florida
será excluida del llamado Colegio Electoral que elige
al presidente, abriendo así una nueva brecha sombras y
dudas, ante una situación sin precedente alguno que nunca
ha sido dilucidada.
Rebajar la cuenta
Algunos analistas creen que en ese caso los 25 delegados
deberían ser restados de los 538, rebajando la cuenta
de la mayoría necesaria para ganar la Casa Blanca. En
tal caso, Gore podría de- clararse ganador con los actuales
262 delegados que ha recolectado en otros estados del país,
ya que sólo se le exigirían 257.
Pero si se decide mantener el listón de los 270 delegados
como requisito para alzarse ganador, ninguno de los dos podrá
hacerlo sin los 25 delegados de Florida. La elección,
por tanto, pasaría del Colegio Electoral al Congreso de
Estados Unidos, donde cada estado tendría un representante
para la votación. En esta votación que deberá
llevarse a cabo inmediatamente después de que ese lean
los votos de los delegados, si es que no ha habido quorum, los
republicanos tendrían la ventaja al contar con 26 de los
50 estados que forman la Unión.
El Senado, por su parte, tendría que reunirse por separado
para elegir vicepresidente, pero los analistas tampoco han logrado
ponerse de acuerdo en si Al Gore, como actual vicepresidente,
podría utilizar el doble voto que conlleva el cargo.
Aún en el remoto caso de que el Congreso tampoco hubiera
sido capaz de salir adelante con esta votación, el presidente
de la Cámara tendría que aceptar la Casa Blanca
y en su defecto el más anciano del Congreso.
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