-
ÚLTIMA
HORA -
-
MAPA
RESULTADOS -
-
TABLA
RESULTADOS -
-
NOTICIAS
-
-
GORE / BUSH -
-
IMÁGENES
-
-
ENLACES
-
-
EL
PROCESO ELECTORAL -
-
CRONOLOGÍA
DEL AÑO -
-
LOS
TEMAS PRINCIPALES -
-
AÑOS
ANTERIORES (Gráficos)
-
|
NOTICIAS
Bush sella el comienzo
de la transición al nombrar el primer cargo del Gabinete
Colin Powell, nuevo secretario
de Estado, es el primer afroamericano en ocupar un puesto de
tan alto nivel en el Gobierno de los Estados Unidos
Mercedes Gallego. Enviada especial.
Nueva York
Los hombres del ex presidente Bush empezaron ayer el retorno
a Washington de la mano del hijo. Colin Powell, un héroe
de la Guerra del Golfo , se convirtió ayer en el primer
ministro que asigna el nuevo mandatario de EE UU, elegido para
sustituir a Bill Clinton el próximo 20 de noviembre.
El rancho de Crawford no dio a basto para los 250 invitados que
acudieron al corazón de Texas para presenciar la ceremonia
del primer nombramiento, simbólica donde las haya. Con
ella se pretendía consolidar el fin de la pesadilla post-electoral
sellando el comienzo de la transición.
El general retirado, hijo de inmigrantes jamaicanos, ha tenido
el privilegio de ser el primero por ser «un ejemplo de
integridad», destacó George Bush. El presidente
electo resaltó su «fuerte liderazgo» y su
«profundo respeto por la democracia» como los principales
valores de un hombre que manejará los hilos de la política
exterior estadounidense durante los próximos cuatro años.
Powell lee los periódicos. Por ellos sabe que todos han
destacado el hecho de que sea el primer afroamericano que asciende
al puesto, uno de los más altos entre las carteras a repartir
y sin duda el más importante que haya tenido nunca un
negro en el país del Ku Klus Klan. «Me siento orgulloso
de ello», admitió. Powell no quiere que el hecho
pase desapercibido y espera ser un ejemplo para la comunidad
negra del país, aún sumida en unos niveles de pobreza
y marginación comparables al de los hispanos.
El general está decidido a recordar sus orígenes
a la mínima oportunidad. Powell, que como todos los que
opten a un cargo con Bush ya ha pasado por el almuerzo en el
rancho de Crawford, agradeció a Bush haberle ahorrado
esta vez el paseo, trasladando la ceremonia a una escuela del
pueblo al interior de Texas. «No me importa lo que digan,
pero yo soy del sur del Bronx y todos esos toros me parecen peligrosos»,
bromeó.
Sus primeras palabras como secretario de Estado fueron para Oriente
Medio, tema que descansa sobre su mesa antes incluso de llegar.
Powell prometió que Estados Unidos seguirá manteniendo
su posición de mediador en el proceso y será «amigo
de ambas partes», aseguró. «Pero al final
del día serán los partidos de esos países
los que tomen la decisión».
Los republicanos han criticado duramente la presión ejercida
por Clinton en la recta final de su mandato, convencidos de que
buscaba más el éxito personal de apuntarse la medalla
de la paz en las negociaciones que el bien de los países
involucrados.
El mundo árabe recibía con ello el esperado balón
de oxígeno que ya había celebrado Yaser Arafat
al conocer el resultado de la elección, pero no todo eran
buenas noticias. Powell adelantó que la Administración
piensa mantener las sanciones a Irak hasta que cumpla todos los
acuerdos. «Estamos en una posición fuerte y Saddam
está en una posición débil», advirtió
con tono guerrero. «Creo que es posible retomar todas las
sanciones para seguir frenándole y confrontarle si es
necesario».
«Les derrotaremos»
Con ese ánimo volvía a filas el general retirado
de 63 años, que puso el énfasis en amenazar a «los
líderes del mundo que han fallado por implementar políticas
erróneas», contó con tono aguerrido. El mensaje
no podía ser más claro y duro: «No nos amedrentaremos.
Les golpearemos. Les derrotaremos. Les frenaremos», prometió.
Sus habilidades diplomáticas las guarda para el controvertido
tema del sistema de defensa antimisiles, que amenaza con desatar
una nueva carrera armamentista en el mundo. Powell aseguró
que su primera misión será convencer a «los
líderes», de que ello no compromete su seguridad.
Rusia y China son los países que se han opuesto con más
fuerza.
Detrás de todo su discurso quedaba patente lo que señalaba
ayer el diario 'The New York Times' en su editorial. Que Powell
es más un hombre de acción que un arquitecto de
políticas, labor que quedará en manos de su antiguo
jefe en la Administración del ex presidente Bush, el ahora
vicepresidente Dick Cheney, verdadero hombre en la sombra.
Subir
|