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Lamikiz cree que la apuesta de su rival implica cambiar la tradición del club

«No estoy de acuerdo con el fichaje de dos jugadores riojanos en febrero» «Alterar la filosofía exige un debate profundo y convocar un referéndum»

I. M. BILBAO

Fernando Lamikiz entiende que potenciar una red de ojeadores en el resto de España con vistas a la eventual contratación de jóvenes promesas que sean formados posteriormente en la cantera de Lezama entra en colisión con la filosofía del Athletic.

«Las medias tintas no son buenas», comentó ayer el abogado de Busturia al ser preguntado por este periódico por la idea que sostiene a este respecto su antiguo compañero de junta directiva y adversario en la carrera electoral, Javier Uria. Para Lamikiz, «o se abre la filosofía del Athletic para todo el mundo o se deja como está, pero sería malo que empezáramos a hacernos trampas a nosotros mismos. Si fichamos promesas en Málaga, ¡por qué no lo hacemos en Francia?», se preguntó».

El letrado vizcaíno, que formó parte de la junta directiva de José María Arrate hasta el pasado viernes, mostró su desacuerdo con algunos de los fichajes de jugadores no vascos realizados por el club durante los últimos años, entre ellos los de dos juveniles riojanos del Pradejón, contrataciones que fueron cerradas hace dos meses.

Debate y votación

Fernando Lamikiz rechazó «violar una norma no escrita» como la filosofía del Athletic. En su opinión, ésta sólo admite que en el equipo rojiblanco jueguen «futbolistas que han nacido en Euskadi o se han formado deportivamente en Euskadi, pero no trayéndole para que se forme aquí, sino fichándole porque él ha venido antes a vivir».

Para el abogado vizcaíno «si algún presidente quiere cambiar esta filosofía tendrá que proponer un debate muy profundo y convocar un referéndum de toda la masa social, en el que él mismo se mantenga al margen».

En este sentido, no obstante, apunta que «ahora no es el momento. Lo primero, hay que estructurar el club para que su fútbol base funcione mucho mejor, comprobar los resultados de estas reformas y sólo pensar en otras cosas si se llega al convencimiento de que no queda más remedio. Pero entiendo que todavía hay muchos medios que poner», afirma.


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