Presidentes históricos

PORTADA
Noticias
CANDIDATURAS
Fernando Lamikiz
Javier Uria
ELECCIONES 2001
Jornada electoral
La polémica
Choque de estilos
Athletic 2000-2001

Noticias
Una estirpe de carácter propio

El socio del Athletic se destaca por su fidelidad y vinculación a una filosofía centenaria, circunstancia que valora por encima de los resultados deportivos

GRÁFICOS:
El Recinto de Albia Funcionamiento del sistema Perfil del socio

JUANMA VELASCO BILBAO

Los protagonistas directos de las elecciones. Ni Javier Uria ni Fernando Lamikiz podrán culminar su aspiración de alcanzar la presidencia del Athletic sin su apoyo. Los dos candidatos dependen del socio, de que su mensaje cale en el grupo humano. Es la llave que abre la puerta del sillón preferencial de Ibaigane. El nombre del nuevo dirigente del Athletic tiene una estrecha vinculación con las opiniones de cada uno de los 29.884 socios con derecho a voto que tiene registrados el club bilbaíno.

El socio del Athletic responde a un perfil particular. Es autónomo y no tiene comparación con el del resto de equipos de la Liga española. Sus motivaciones están más ligadas al sentimiento que a los objetivos anuales. El propietario del carné tiene un valor destacado en el patrimonio rojiblanco. No en vano, el socio, sin sociedades anónimas de por medio, es a la vez aficionado y dueño.

No hay un pueblo en Vizcaya sin socio. El 95% de los que están llamados el próximo viernes a las urnas reside en territorio vizcaíno. Echando mano a la estadística se podría asegurar que el socio tipo del Athletic es un varón de 45 años de edad, nacido en Vizcaya y con residencia en Bilbao o Getxo -localidades que reúnen al 64% de la legión rojiblanca-. Además, ocupa una de las tribunas de San Mamés -los fondos quedan para los más jóvenes- y guarda una extraordinaria fidelidad con el conjunto rojiblanco. Al menos, habrá conocido cuatro mandatos presidenciales ya que el prototipo tiene una antigüedad de 18 años en el club bilbaíno.

Máxima fidelidad

La capacidad de aguante de los votantes en las elecciones del Athletic está fuera de toda duda. A diferencia de otros clubes, en los que la marcha deportiva extiende y encoge el número de socios como si se tratase de un chicle, el ánimo rojiblanco se mueve a impulsos del corazón. La lógica, hacerse de un equipo que engrandece cada año su palmarés que dirían los niños, y la satisfacción de los premios -el equipo acumula más de tres lustros sin conquistar un título- no tiene validez en el Athletic. El poseedor del carné rojiblanco no es voluble. Su vinculación con el Athletic no tiene fecha de caducidad.

Un dato lo prueba. Las bajas son las menos. Hace tres temporadas, el equipo tenía 33.355 socios. El número se ha ampliado hasta los 33.952 actuales. Cada vez que un socio decide poner fin a su relación con el Athletic los potenciales sucesores se amontonan. Y es que el conjunto bilbaíno tiene una nómina de aspirantes -cerca de 10.000 contabilizados- que en su día se inscribieron en una lista de espera con la mirada puesta en la construcción de un nuevo campo de San Mamés.


Más noticias