La
última noche de la soltería por todo lo alto
Uno de los acontecimientos más
esperados que acompaña a una boda son las despedidas
de soltero/a. En ellas las amistades más guerguistas
preparan multitud de sorpresas a los protagonistas, para que
no lo oviden nunca.
Se
trata de una celebración que ha evolucionado mucho
con el tiempo, pero que no ha perdido ni una gota de la esencia
con la que se creó. Su alta carga festiva lo convierte
en una juerga para disfrutar con los amigos/as, premiando
el desenfreno y el cachondeo que supuestamente se le supone
a una persona sortera que va a perder su condición
en un breve periodo de tiempo. En este sentido, la distancia
de tiempo que separa la despedida de soltero de la boda depende
del país al que nos refiramos. En el caso de los anglosajones,
la fiesta de despedida suele celebrarse en los días
previos a la gran ceremonia, e incluso en algunos casos, en
la jornada previa, aprovechando la llegada de los invitados,
muchos de ellos procedentes de otras localidades.
En España, sin embargo, a pesar de la fama de la que
hacemos gala, somos mucho más cautos y reservamos un
fin de semena que esté lo suficientemente alejado del
día de la boda, para que de tiempo para recuperarse
plenamente. No es para menos, en algunas ocaciones, las fiestas
que se organizan pueden recibir el calificativo cariñoso
de salvajes, dadas las 'vejaciones' públicas a las
que son sometidos los protagonistas (ir disfrazados, taparle
los ojos, pintarle el pelo,...). Éstas son recibidas
con buen humor la mayor parte de las veces, el mismo que despierta
entre las personas que se encuentran por el camino.
En un tono de broma, los amigos hacen un último intento
para convencer a los contrayentes de que se entán equivocando
y de que deberían mantener su libertad y no atarse
a nada. Por fortuna, casi nunca tienen éxito.
En el fondo estamos haciendo referencia a un festejo cuyo
verdadero trasfondo es servir de oportunidad para que se celebre
una reunión de amigos, devertirse juntos y demostrar
al novio/a el aprecio que sienten hacia él. Aunque
esto último parezca un poco dudoso a juzgar por los
métodos que siguen.
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