«Con los músicos no hay noches divertidas, sólo cuentan penas»

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«Cuando creces mucho, hay quien va a destruirte», dice Alfonso Santiago, promotor del ARF

ISABEL IBÁÑEZ

-¿Vive el promotor en el lado salvaje?

-Hay mucho tópico. En ciertos momentos el rock se ha vivido como algo muy salvaje, pero hoy los propios músicos saben que para mantenerse hace falta cabeza y cuidar la voz, no es el desvarío de antes. Hombre, hay casos...

-Ya. ¿Y usted?

-Cuando todo es nuevo, te sorprenden las cosas. Consigues algo y quieres más, estar en todas las fiestas, y vives momentos trepidantes. Vas muy rápido y te metes en muchas historias, pero en mi caso no ha sido una cosa excesiva. Soy bastante calculador; apasionado, pero calculador,

-No como Gay Mercader, que confiesa un pasado terrible.

-Yo también podía contar, pero cada uno cuenta las historias como quiere. Quizás a él le interesa: como siempre ha sido un burócrata catalán con familia de mucha pasta, podía traer grupos porque podía perder la pasta que sea. Pues quizás le interesa decir que ha sido malo malísimo. Yo he intentado vivir de esto y la única forma que tengo de hacerlo es de forma calculadora, inteligente; si yo hubiese hecho el cabra no estaría aquí ahora... A la gente le gusta dar lo que le piden, eso de 'he sido malo, he roto hoteles, me metía de todo y era lo peor del mundo', pero hoy la gente de la música es muy normal, sale a las siete, se va a casa, tiene su familia y a las nueve vuelve a currar.

«Malos rollos»

-Se acabó el ir de maldito.

-El tiempo lo ha difuminado todo. Las bandas en los 80 y 90 no tenían ni para comprarse una guitarra, y hoy un chaval que no ha grabado ni una maqueta tiene una de 400.000 pelas. Y le das 300 euros para que toque de telonero y no quiere.

-¿La situación más surrealista de marcha con los artistas?

-Jo, con los músicos es difícil pasar noches divertidas, siempre están hablando de sus penas: voy a grabar un disco con no sé quién, este manager me está robando, el batería se me ha pirado, soy más auténtico que éste... Se pasan todo el día hablando de lo mismo. Los que tienen mucha fama están locos por la aprobación del público más exigente y el más minoritario está loco por vender una pila de discos.

-¿Los promotores se llevan bien?

-Cuando creces mucho por tus propios medios, hay gente que en vez de pensar en la forma de superarte va a destruirte. Hay malos rollos, sabemos que hay gente a la que no despertamos simpatía, pero nosotros vamos a lo nuestro. Profesionalmente, la relación es buena.

i.ibanez@diario-elcorreo.com

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