DÍA 11 |
Desde el Campo Base |

Fernando F.J. Pérez
Enviado Especial.
|
Por el camino menos difícil
La ruta Kinshofer, elegida por la expedición de Pasaban
para hacer cumbre, no se subió hasta 1962 y es la más
fácil del Nanga Parbat
 |
Edurne, ayer
en el campo base. / FERNANDO J. PÉREZ. |
·
Instalan el campo I con el primer depósito de material |
LAS RUTAS
DEL NANGA
1. Rakhiot (arista este) 1953 3
2. Kinshofer (Diamir) 1962 195
3. Rupal (espolón central) 1970 4
4. Schell (arista SSO Rupal) 1976 18
5. Messner (vert. O Diamir) 1978 1
6. Polaca (espolón SE Bazhin) 1985 4
7. Japonesa (esp. NO Rakhiot) 1995 3
|
|
El aislamiento del Nanga Parbat es algo más que un mito.
Es una realidad que le convierte en el 'ochomil' con los mayores
desniveles. Por cualquiera de sus cuatro vertientes (Rupal, Diamir,
Rakhiot y Bazhin), ofrece desniveles de más de cuatro mil
metros. La Rupal, con sus 4.500 metros, está considerada
la mayor pared de la tierra.
Esto convierte a 'La Montaña Desnuda' en uno de esos 'ochomiles'
sin ninguna vía de acceso 'fácil' para llegar a
la cumbre. La que se ha convertido en ruta 'normal', la denominada
Kinshofer, es sólo la menos difícil. Es más,
esta ruta es, junto con la del Gasherbrum I, la única de
los 'ochomiles' que se ha convertido en la habitual sin ser la
primera por la que se ascendió la montaña.
La primera (1953) recorrió la vertiente Rakhiot. Fue la
mítica ascensión en solitario de Hermann Buhl. Luego
hubo que esperar nueve años para asistir a la segunda,
ya sí, por la vertiente Diamir. La culpa de ello, y de
al menos la mitad de las vías abiertas que tiene el Nanga
Parbat, es culpa de un controvertido personaje, el doctor Karl
Herrligkoffer, jefe de casi todas las expediciones que acosaron
la montaña en tres décadas, entre los cincuenta
y los setenta. Obsesionado con ella, quiso conquistarla por todas
sus vertientes, así que tras la ascensión inaugural
por la Rakhiot se decidió por la Diamir.
En 1961 reúne un equipo de lujo, de los mejores escaladores
alemanes del momento, Toni Kinshofer, Andelt Mannhardt y Siegi
Löw -protagonistas de la primera invernal a la Norte del
Eiger ese año-. El primero adivina una ruta factible ligeramente
a la izquierda de la vertical de la cumbre, relativamente directa
y a salvo de las avalanchas. Sólo el mal tiempo les impide
llegar a la cima. Se retiran a 7.100 metros cuando ya habían
superado la mayor dificultad técnica de la vía,
una pared de diedros casi vertical de unos cien metros de alto
justo por encima de la cota seis mil. Kinshofer llevó el
peso de su apertura, por lo recibió su nombre, que se extendió
a toda la ruta.
Al año siguiente, el 22 de junio vuelven para completarla
un equipo de cinco hombres. Dos de ellos sucumben al agotamiento
y se dan la vuelta. Quedan Kinshofer, Mannhardt y Löw, que
llegan a la cima a las cinco de la tarde. Allí ven el hito
logrado por Buhl nueve años antes. Son los segundos humanos
en pisarla. Pero es muy tarde y se ven obligados a vivaquear sólo
setenta metros por debajo de ella, lo que les deja congelaciones
a los tres. A la mañana siguiente reanudan el descenso
desencordados y Löw, muy debilitado, sufre una caída
de casi doscientos metros que le deja malherido. Mientras Andelt
va a buscar ayuda, Toni se queda con él hasta que muere.
Kinshofer realizó un épico descenso que duró
dos días.
Pese a la odisea, todos reconocen esta ruta como la más
segura y una de las más directas del Nanga Parbat, por
lo que se convierte en la 'normal'. Salvo Herrligkoffer que continuaría
abriendo otras vertientes de la montaña hasta 1982, el
grueso de las expediciones que desde entonces se han marcado como
objetivo esta cumbre lo han hecho por esta vía. De las
228 ascensiones, 195 son por la Kinshofer. Y desde 1995, todas
las personas que han hecho cumbre (más de cien) han subido
por ella, salvo honrosas excepciones, como la variante abierta
por el francés Lafaille en 2003 a la izquierda de la pared
y que se une con la Kinshofer por encima del campo tres.
|