Opinión

Viernes, 12 de marzo de 2004

Ni como hipótesis

PELLO SALABURU

Ni como hipótesis» quiere Otegi pensar que el salvaje atentado de Madrid haya podido ser obra de ETA. «Habrán sido otros». Porque ETA es como el cirujano que avisa previamente antes de operar, señalando el día y la sala de operaciones. Que se lo pregunten, si no, a las mil personas (más de 1.100, si se confirmara la autoría de estos atentados) que ha ido dejando al lado del camino en su sangrienta historia. Todas ellas habían redactado el testamento, gracias al aviso de ETA, ese aviso que, según Otegi, llega siempre antes de la hora.

Los demás, sin embargo, sí que contemplamos desde el principio esa hipótesis, coherente con la trayectoria de ETA, desde el mismo momento en que el periódico que aún no habíamos leído se convirtió en obsoleto, porque es la hipótesis más natural y más simple que tenemos a mano. La que se le ocurre a quien está en sus cabales. Como contemplamos la hipótesis de que ni siquiera por esas el entorno de Batasuna piense que es hora ya de abandonar para siempre la senda de los asesinos.

Ayer por la mañana asistimos con terror a esas informaciones que hora tras hora incrementaban en decenas el número de personas asesinadas, sustituyendo las escenas del avión por las del tren. Pero, por desgracia, hace tiempo que las palabras, al igual que muchas vidas, se acabaron agotando. Hace tiempo que es difícil añadir nada más, nada más que no sea lo evidente para una mente normal, para un ser civilizado, para alguien que se supone tiene algo debajo del cuero cabelludo. Una vez más deberemos manifestar nuestra solidaridad a las víctimas, una vez más deberemos transmitir nuestro cariño a las familias deshechas, a los heridos que se debaten entre la vida y la muerte. Una vez más deberemos decir que no, que no queremos salvapatrias, que estos salvajes, sean de ETA o no, no son sino unos miserables asesinos, asistidos por su propia ineptitud y su visión paranoica de la sociedad. ¿Qué más podemos decir! Al final va a resultar, efectivamente, que las condenas no sirven para nada. Pero ¿será posible que ni siquiera matando a decenas y decenas de personas inocentes alguien se empeñe en no ver el verdadero rostro del psicópata? ¿Es posible tal capacidad de autoengaño en una persona sana? ¿Es posible que no nos demos cuenta de que el terrorismo no tiene más que un único saco?

No, no merece la pena hablar casi ni de unidad contra el terrorismo, porque se supone que eso es algo que debería estar resuelto antes del atentado. Se supone que nadie debería intentar la pesca en las aguas revueltas. Pero no sé, a lo mejor es mucho suponer incluso eso. Podemos pensar, más bien sentirlo vivamente, que ésta es la oportunidad para que 'el entorno' marque distancias de una vez con respecto al terrorismo, sea quien sea el firmante. Pero no sé, a lo mejor tampoco se puede contemplar semejante posibilidad ni siquiera como hipótesis. La verdad, poco nos importaría que no lo avisasen previamente.