<<<ANTERIOR
/ SIIGUIENTE>>>
Recuerdo que aquella imagen era para mí sorprendentemente autista. Se trataba de una sala en la que estaban los vicepresidentes de Gobierno, varios ministros, algún secretario de Estado y el presidente Aznar. Bajo una iluminación muy pobre prácticamente tétrica, todos estaban callados y mirándose con cara muy seria esperando a que el cámara terminara su trabajo. Ésa fue la primera comunicación del Gobierno: una comunicación autista en la que no se decía nada.
Por su parte, Acebes asume la tarea de la comunicación con un perfil indefinido. En aquel momento, la opinión pública no sabe si está hablando como ministro del Interior evidentemente lo estaba haciendo o como parte implicada en lo que estaba ocurriendo, dado que, a partir de la primera hora del jueves comenzaron a disputarse apresuradamente las dos carreras para ver cuál de las dos certezas llegaba más viva al día 14.
La segunda comunicación de Acebes una vez visitada la Estación de Atocha es, salvo error, en el Palacio de la Moncloa y en torno a las 13:00 horas. Entonces Acebes comete el gran error de esos días: decir que tiene la seguridad absoluta de que ha sido la banda terrorista ETA, sin dejar ningún resquicio a otra posibilidad. A partir de ese momento, el ministro irá dando palos de ciego y caminando hacia atrás, algo que, como todos sabemos, es mucho más arriesgado que hacerlo hacia delante, porque se corre mucho más riesgo de tropezar. Desde la comunicación del día 11 hasta el 13 por la noche, el ministro irá abriendo cada vez más la puerta hacia la tesis islamista, dejando que entre una luz muy contraria a su tesis inicial.
De todos modos, tras repasar toda la emisión de TVE y de algunas otras cadenas durante esos días, pienso que el ministro Acebes no mintió en ningún momento. Es más, me consta que, en algún momento, proporcionó demasiada información. Así, por ejemplo, en la noche del día 13, cuando se encuentra la cinta con la atribución por parte de un grupo islámico de ese atentado, una cinta que, en una llamada a la emisora de televisión Telemadrid, una voz anónima ha avisado que estaba en una papelera junta a la mezquita, fuentes de la investigación policial aseguran que aquella noche le advirtieron al ministro que no diera tal información porque no estaba suficientemente investigada y tenía una lectura política muy importante, por lo que no se hacían responsables de que aquello fuera lo que parecía que era. Sin embargo, y a pesar de aquel consejo, Acebes salió y contó con pelos y señales qué es lo que se había encontrado en esa papelera junto a la mezquita.
Para entonces ya se había hecho un trabajo previo por parte de la izquierda, fundamentalmente con la colaboración de la Cadena SER y del Grupo Prisa. Ese trabajo había comenzado en la noche del día 11 cuando empieza a sembrarse la semilla de la sospecha con la famosa información, desmentida aquella misma noche por fuentes del Ministerio del Interior y de la investigación forense, de que en los trenes había algún suicida. Previamente, la Cadena SER había ofrecido a media tarde la lista de los posibles autores de los atentados, lista con nombres y apellidos no de la rama islámica, sino de miembros de la banda terrorista ETA que podían estar implicados en el atentado de Atocha.
Por la noche ofrecen esa información con todo lujo de detalles: hablan de un torso afeitado, pintado de azul y con una serie de capas de ropa interior, todo ello conforme a las costumbres siniestras de los terroristas islámicos. En definitiva, se trata de una serie de detalles que construyen una seudoverdad que en ese momento parece verosímil. Sigue esa siembra de la sospecha durante toda la tarde del día 13 con un tipo de información mediante la cual, sin que se pueda afirmar que jalearon directamente las manifestaciones frente a la sede del PP, excitaron a la opinión pública.