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COLOQUIO
Pregunta: Hace cosa de varios meses estuve viendo actuar a un
compañero suyo, Santi (Josepo en el programa). Me resulta
interesante ver a artistas que conozco gracias a la televisión
trabajando en un teatro de calle. Sin embargo, ¿qué
es más atractivo para ustedes? ¿El contacto con la
gente gracias al teatro de calle, o el trabajo en televisión,
con el que se abarca un público mucho más amplio?
Óscar Terol: Santi es un viejo amigo que mantiene
un grupo de teatro de calle desde hace más de veinte años.
Por tanto, su profesión primera es crear espectáculos
de calle, uno cada año, con los que visita mucho Bilbao,
donde tiene gran aceptación, y el resto de España.
Sin embargo, salir en televisión está resultando un
problema para él, porque el público no le permite
hacer ese trabajo de calle ni ser ese actor anónimo que cuenta
sus historias. La gente le aborda, le llama "Josepo" y
le pregunta, hasta tal punto que en el espectáculo que va
a representar este año él no va a trabajar de actor
simplemente porque no puede. Paradójicamente, Santi ha sido
uno de los artífices del éxito del programa, es un
gran actor y una maravillosa persona, pero la televisión
le ha superado por todos los flancos.
Como ve, la televisión tiene su parte buena y su parte mala. El éxito televisivo permite llegar a otros canales (como, por ejemplo, estar presentando este libro) y que la gente te conozca, pero también hace que pierdas el anonimato. Además, todo esto sucede sólo si el trabajo en televisión logra el éxito, pero también puede ocurrir que se inviertan la misma cantidad de esfuerzo y el mismo nivel de desgaste sin que el trabajo sea, finalmente, reconocido; entonces uno llega a pensar si ha nacido al revés o si está equivocado en la vida. De todos modos, a mí me gusta mucho el trabajo en televisión.
Pregunta: En los primeros programas de Vaya Semanita se emitían
unas clases de euskañol muy divertidas. Quisiera saber por
qué no han continuado con la idea.
Óscar Terol: Muchas veces resulta complicado hacer
segundas partes de contenidos que han funcionado bien y han hecho
gracia. Nos pasa con esas clases y con algunas otras historias.
Creo que una cosa, cuando está bien hecha, es mejor dejarla
como está, y resulta preferible intentar buscar otras a repetirse
hasta la saciedad. En el caso concreto de estas clases me haría
ilusión volver a ellas porque creo que lo que tiene que ver
con los idiomas crea conflicto y situaciones divertidas, como sucede
aquí con el euskera y el castellano, los cuales en la vida
real están más fusionados de lo que aparentemente
aparece en los medios de comunicación, que se desdoblan en
euskera y castellano, como ocurre con la televisión o los
periódicos. Pienso que aquí hay muchas parejas en
las que uno habla euskera y el otro no, y en las familias sin
quizá poder hablar de bilingüismo las lenguas
están mezcladas.
Pregunta: ¿Nunca les han censurado o han puesto trabas
a algún guión por el tratamiento de un asunto?
Óscar Terol: No, nunca nos han censurado. El único
control que hay es el nuestro, porque sabemos que trabajamos con
un material que, en algunos momentos, puede resultar un poco controvertido,
por lo que miramos mucho qué vamos a emitir, y a pesar de
todo a veces nos confundimos. Sin embargo, desde la televisión
no ha habido ni censura ni control, ni se nos han pedido los guiones,
por ejemplo. En mi opinión, creo que es lo más inteligente
que han podido hacer. Creo que la censura en un programa como éste
es un error, y, si ahora empezaran a controlar los guiones, simplemente
dejaría de hacer lo que hago. En el fondo, creo que tiene
que haber un pacto de confianza: tienen que fiarse de nosotros,
y, evidentemente, que a alguien le den tanta confianza obliga a
ser muy respetuoso. Tenemos que estar siempre al límite de
lo posible. Cuando vino un político al programa para la entrevista,
le pregunté fuera de ella porque siento mucha curiosidad
por saber qué piensan sobre el programa los políticos
si lo veía. Como me respondió que sí, le pregunté
por su opinión, y él me dijo que, si en el primer
programa hubiéramos hecho alguno de los últimos sketches
que él había visto, quizá no estaríamos
hablando. De todos modos, aunque quizá haya habido conversaciones
en ciertos niveles, a nosotros jamás nos ha trascendido.