<<<ANTERIOR / SIIGUIENTE>>>
F.L.: En beneficio de todos aquellos que no hayan leído la novela, intentaremos no contar las peripecias y episodios que la componen. Sin embargo, sí hablaremos del concepto básico, porque el niño que fue Julio quizá no iba a comerse Madrid ni a conquistarla, pero el personaje central de la novela sí va en busca del éxito. Aunque es pintor, y no escritor, creo que el éxito hermana absolutamente a todos los que lo buscan, sea escribiendo novelas, pintando cuadros o jugándose la vida en el trapecio. ¿Son ciertas las leyendas que circulan sobre la consecución del éxito?
J.Ll.: Habrá algunas que lo sean y otras que no. Lo primero que habría que determinar es qué es el éxito, sobre todo en una época como ésta, en la que es el Becerro de Oro de la contemporaneidad. Actualmente, la gente es capaz de quemarse a lo bonzo por cinco minutos de gloria en televisión, capaz de cualquier cosa por conseguir una fama efímera de dos minutos; de hecho, el programa más famoso de las televisiones se titula Operación Triunfo. Seguramente, es necesaria una reflexión sobre qué es realmente el éxito. En una entrevista reciente me recordaban una cita de Oscar Wilde que viene muy al caso de la novela. Dice Oscar Wilde que sólo hay dos tragedias en la vida: una es conseguir que se te cumplan tus deseos, y la otra es que no se te cumplan.
Esa frase viene a decir que, al final, la tragedia es la propia vida y el paso del tiempo. La trama argumental de la novela cuenta la historia de un grupo de personajes, cada uno de un lugar del país, los cuales, como tantos otros a lo largo de la historia, llegan a Madrid para conquistar el cielo, para triunfar y ver realizado un sueño.
El sueño de algunos es poder comer todos los días, el de otros es triunfar profesional o económicamente... Sin embargo, en el sistema ideológico, económico o cultural en el que vivimos se nos educa para el éxito social, no para el personal, y ocurre que, en la búsqueda del primero, mucha gente descuida o abandona el segundo. Así, hay mucha gente aparentemente triunfadora que es muy desdichada en su vida privada; y al revés, hay gente que supo encontrar su pequeño lugar en el mundo antes de tiempo, y que es la imagen de lo más cercano a la felicidad.
En definitiva, cada uno tiene un sueño y un cielo. Al final, más allá del éxito y del fracaso, de cómo nacen los sueños y cómo se abandonan, la novela trata de lo que tratan todas las vidas: de la búsqueda de la felicidad. Todos estamos aquí cada uno a su manera buscando la felicidad, lo mismo que los personajes de la novela. Ellos están vinculados a un mundo que conozco más, lo que coloquialmente se llama "la farándula", es decir, un grupo de aspirantes a escritores, pintores, músicos, actores, etc. que se reúnen todas las noches en El Limbo, un bar que existió realmente aunque no como yo lo cuento en la novela. A través de esos personajes se observa cómo la vida los va cambiando y cómo los sueños se van evaporando en sus manos. De eso trata, o así se desarrolla, la novela.