OTRO MUNDO ES POSIBLE: DEPENDE DE TI
Una mirada a Palestina
Dña. Juana Ruiz Sánchez
Coordinadora de Proyectos en Palestina
Bilbao, 6 de febrero de 2006
Palestina
es un país muy conocido por la televisión debido al
conflicto y a la violencia, pero es totalmente desconocido en su vida
diaria y en relación con las personas, con los palestinos mismos
que viven allí. No voy hacer un alegato de todo ello, sino
que, simplemente, deseo explicar la actualidad de aquella tierra,
el porqué de cómo vive la gente. Pretendo con ello que
Palestina sea un poco más comprendida y que situaciones que
se ven desde un prisma lejano puedan ser comprendidas desde aquí,
desde nuestro punto de vista, que está bastante lejos.
En primer lugar, me referiré a cómo comenzó este
conflicto. Lo hizo a principios del siglo XX, cuando una entidad creada
por Teodoro Hertzl decidió que tenía que haber un Estado
judío-israelí. Se discutió en secreto con la
comunidad internacional y se resolvió que la ubicación
correspondería a uno de los tres países siguientes:
Argentina, Angola o Palestina. Por cuestiones religiosas se eligió,
finalmente, Palestina, debido a la comunidad judía que vivió
allí antes de Cristo.
A partir de este momento
se fueron sucediendo hacia Palestina unas emigraciones muy lentas,
las cuales se fueron organizando y comprando tierras ubicadas en la
superficie de lo que es actualmente Israel. A pesar de este lento
acopio de tierras, el resultado no fue suficiente, y la II Guerra
Mundial, por causas que todos conocemos, desencadenó una emigración
total de la comunidad judía que vivía en Europa. Eran
personas provenientes de países del este de Europa, y también
alemanes, polacos y checos, etc.
Consideraron que emigrando
crearían un Estado. Sin embargo, lo que nunca se imaginó
es que, a pesar de crear un Estado en un país que parecía
que estaba deshabitado, la población autóctona palestina,
que vivía en comunidad con tres religiones (judíos,
cristianos y musulmanes) -tal como me han relatado personas mayores
cuyos recuerdos se remontan a los años veinte- se rebelara.
Ante el terrible impacto
del fenómeno se crearon unas milicias militares sionistas.
Empezaron a amenazar a las poblaciones y a despoblarlas. En 1948 huyeron
de los territorios actuales de Israel cerca de 1.500.000 de personas,
refugiados que están viviendo en Cisjordania, Gaza y países
árabes como Jordania, donde existe una comunidad muy elevada,
de casi dos millones de palestinos.
Tras ello, la ONU decidió
que tenía que procederse a un reparto de la antigua Palestina
(parte para Israel y parte para los palestinos). Éstos no se
mostraron conformes, y se desencadenaron guerras sucesivas. La situación
se acalló -aunque hubo guerras en 1967 y 1973, y varios enfrentamientos
en los años ochenta- porque cada día el régimen
militar de Israel -para mí no es una democracia, sino un régimen
militar- ha ido imponiendo poco a poco su supremacía y su dominio
en todos los territorios.
Mi experiencia en la zona
se resume de la manera siguiente. Cuando fui a vivir a aquella tierra,
la situación no era la mejor. Aprecié pronto la diferencia
entre los israelíes que vivían en Tel Aviv o en los
territorios israelíes y los que vivían en los territorios
ocupados Gaza y Cisjordania. Las distancias eran abismales: no había
infraestructuras sociales, los colegios se encontraban bastante abandonados,
no había sanidad especial, etc. Fue por entonces cuando un
grupo de profesionales médicos de Jerusalén creó,
en 1985, la ONG en la que trabajo desde 1993: Health Work Committees
(Comités de Trabajos para la Salud). Se trata de una entidad
dedicada totalmente a asuntos sanitarios, aunque después, tras
años de trabajo -y por petición de la misma población-,
nos hemos ido afianzando en otros servicios sociales.