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AULA DE CULTURA VIRTUAL

EL ISLAMISMO CONTRA EL ISLAM

D. Gustavo de Arístegui
Diplomático. Portavoz de Asuntos Exteriores del Grupo Parlamentario Popular

Bilbao, 29 de noviembre de 2004

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Volviendo a ese mapa que había empezado a dibujar, la representación de esa comunidad de creyentes que va desde Mindanao y alcanza todo el Oriente Medio, el Oriente Próximo, el Magreb y también la Península Ibérica está presente en muchos colegios de muchas partes del mundo, y eso tiene una interpretación positiva –quizá demasiado tolerante y laxa con la realidad que subyace– y otra negativa. La postura más tolerante, que creo que fue la mayoritaria hasta hace bien poco tiempo, empieza a ser hoy, lamentablemente, la minoritaria. Sucede que hay una nostalgia positiva de la gloria pasada, de cuya pérdida se responsabiliza siempre a Occidente. En este punto, y aun a riesgo de volver a ser políticamente incorrecto, debo mostrarme crítico con Occidente. Considero que hay que ser necesariamente equilibrado al analizar la realidad que nos ocupa, evitando hacer referencias políticas partidistas que no contengan un fundamento crítico. En otras palabras, hay que distinguir muy claramente entre lo que es el islamismo radical y lo que es el islam como religión mayoritaria.

Hay un estudio sobre cuáles son las actitudes de ciertos países, un año después de la caída del régimen de Sadam Hussein. El estudio incluye nueve países. Cinco son occidentales y cuatro son musulmanes; de éstos, dos son países musulmanes no árabes y dos son países musulmanes árabes. Los cuatro elegidos son bastante pro-occidentales y bastante estables. De hecho, tres de esos cuatro son los que han experimentado una evolución hacia la democracia más positiva: Jordania y Marruecos en el mundo árabe, y Turquía en el mundo musulmán no árabe. Finalmente, Pakistán tiene un gobierno pro-occidental.

El resultado de la encuesta es extraordinariamente preocupante. En primer lugar, cuando se pregunta a los encuestados qué imagen o qué opinión tienen del cristianismo –y no se trata de una pregunta religiosa, porque entre los musulmanes "cristianismo" y "Occidente" son términos casi equivalentes–, en Marruecos, por ejemplo, el 73% tiene una imagen mala o muy mala del cristianismo. Aunque este porcentaje se va reduciendo, la orquilla oscila entre el 30% del más bajo y el 73% del más alto, por lo que se mantiene relativamente alto en todos los países de la encuesta. En segundo lugar, cuando se pregunta qué opinión merece Ossama Bin Laden, en este caso el país con una opinión más baja es Marruecos (entre buena y muy buena la tiene el 45%), mientras que el porcentaje más alto corresponde a Pakistán, donde la respuesta "entre buena y muy buena" se acerca al 70%.

A mi modo de ver, por consiguiente, es preciso formular desde Occidente un análisis autocrítico para ver qué errores hemos cometido a lo largo de la historia. Asimismo, para evitar un análisis que sería extraordinariamente sesgado, no debemos centrarnos sólo en nuestros errores, ya que esta postura tampoco sería ni justa ni real.



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