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AULA DE CULTURA VIRTUAL

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Transcripción de la conferencia de Guillermo de Osma- 2

El rey es también aquel, que puede generar los encargos más importantes empleando a un sin fin de artistas, arquitectos y artesanos. Sin duda muchos de estos encargos reflejan sus ideales y ambiciones políticas y la posesión del arte constituye, de algún modo una manifestación de poder. Pero si no hubiera estado guiado por un buen ojo y un buen olfato artístico hubiera elegido a artistas mediocres y sin interés. No fue este el caso y con los Reyes Católicos nace el principio del coleccionismo moderno.

Hicieron trabajar o adquirieron obras de los artistas más interesantes de su tiempo como Pedro Berruguete, Fernando Gallego, Bartolomé Bermejo, Rodrigo de Osona. Se interesaron especialmente por los artistas hispano flamencos como Juan de Flandes o Juan de Borgoña. Sus proyectos más ambiciosos estuvieron relacionados con Granada, dejando clara su intención de convertir a Granada - la última ciudad conquistada por ellos a los moros terminando así con las guerras de Reconquista - en una ciudad simbólica de la nueva monarquía, ampliando calles, construyendo mercados y una gran catedral. Allí deciden construir su panteón, en la Capilla Real, donde envían gran parte de su colección con obras de Memling, Van der Weyden, Dierik Bontus, Botticelli, etc. tapices, libros y ornamentos religiosos que en gran parte se conservan allí.

Podemos afirmar sin ninguna duda que nuestros reyes fueron de los más grandes coleccionistas de la historia destacando, sobre todo a Felipe II y su nieto Felipe IV.

Felipe II ( 1527 - 1598) desde hace ya unas décadas ha sido objeto de una revisión historiográfica fundamental que deja atrás y fuera de lugar la leyenda negra creada por sus enemigos.

Heredó de su padre el emperador Carlos V un imperio colosal de una gran complejidad política, cultural y religiosa que comprendía los territorios españoles de las coronas de Aragón y Castilla, los territorios italianos y flamencos, las colonias del Nuevo Mundo y al que sumaría Portugal con todos sus dominios de Ultramar a partir de 1580. En esa encrucijada, la monarquía española alcanzó su máximo esplendor. Felipe II encarna la imagen del "Estado Moderno" al mando de una compleja administración que dirige a través de consejos y secretarios.

Hombre culto e inquieto que sabía unir a su sentido del deber un sentido familiar como lo reflejan las cartas que escribe a sus hijas Isabel Clara Eugenia y Catalina Micaela y donde muestra rasgos de una gran humanidad, de humor y de ternura que contrastan con la imagen que hasta hace poco hemos tenido de él. Fue un príncipe cristiano, racionalista y mecenas, formado en los valores del Renacimiento. Coleccionista apasionado y bien informado de toda curiosidad científica y artística: cuadros, esculturas, libros, plantas, animales... todo le interesó siempre. Creó la primera Academia de Matemáticas, convirtió a El Escorial en un centro de investigación e hizo de sus bibliotecas una de las primeras del mundo; promovió la creación de jardines; fue amante y mecenas de la música creando con El Escorial un edificio emblemático, espejo de su filosofía y sus ideales, donde hace venir a artistas italianos como Luca Cambiaso o Pelegrino Tibaldi o a españoles como Navarrete el Mudo y el Greco.

En su reinado se crea un nuevo tipo de retrato que perdurará como específicamente español hasta la llegada de Velázquez a la Corte de su nieto Felipe IV. Arranca con Antonio Moro (1519-1576), el pintor holandés, al servicio del soberano que se caracteriza por la gravedad del gesto, la intensidad psicológica, la seriedad del color y la simplicidad del atuendo, pero que se enriquece en el color y en la técnica más suelta en el estudio de Tiziano que tanto trabajó para el rey, del que ha dejado imágenes interesantísimas. La síntesis de ambas direcciones la alcanza Alonso Sánchez Coello, retratista por excelencia del periodo.

El rey se encargó personalmente de plasmar todos los aspectos del contenido artístico de El Escorial de acuerdo a sus gustos personales y su política de mecenazgo.

Allí fue enviando numerosas obras de arte: pintura, esculturas, antigüedades, libros, objetos científicos y naturalistas, relicarios, ornamentos sagrados y litúrgicos que convirtieron al edificio en un auténtico museo.

Todas estas piezas aparecen perfectamente especificadas en los llamados "libros de entregas de objetos donados por Felipe II al monasterio de El Escorial". Llegó a reunir un total de 1150 cuadros entre las que se encontraban las principales piezas de carácter religioso de su colección que se instalaron en las salas más importantes del Convento. Junto a cuadros menores destinados a recrear los aposentos del rey o a estimular la piedad de los frailes.

Los ejemplos más relevantes son las obras de Tiziano San Lorenzo (interés particular por los artistas contemporáneos), San Jerónimo y La Última Cena, del Bosco (del cual fue el más grande coleccionista) la Coronación de Espinas, El Carro de Heno, Jardín de las Delicias, entre otras.

Los primeros encargos que recibe El Greco de Felipe II son para el Escorial: Martirio de San Mauricio y La adoración del nombre de Jesús.

Coleccionó también importantes obras de pintura antigua como el Descendimiento de Van der Weyden o el Tríptico de la Piedad de Gerad David.

La importancia que dio a la Biblioteca fue excepcional, por un lado, el programa decorativo tan pensado y elaborado que hacen de este espacio uno de los más espectaculares del monasterio, palacio y por otro, la calidad de su contenido. Aparte de adquirir muchas bibliotecas importantes Felipe II, fue un bibliófilo avisado y convencido. Entre los libros de la biblioteca del Escorial destacan el Comentario al Apocalipsis del Beato de Liebana y Las Cantigas de Santa María, demás de tener una importancia colección de grabados además de una importante colección de reliquias y relicarios.

El Escorial fue así uno de los primeros museos de carácter enciclopédico y que a pesar de vicisitudes históricas, transformaciones y cambios ha conservado el espíritu universalista y humanista de su fundador.

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