a


AULA DE CULTURA VIRTUAL

ANTERIOR / SIGUIENTE

Transcripción de la conferencia de César Vidal- 2

En segundo lugar, el pensamiento judeocristiano original tampoco establece fechas. Si volvemos al Antiguo Testamento comprobaremos que al nombrarse las profecías de carácter mesiánico se evita, al mismo tiempo, la especulación sobre la idea del advenimiento inmediato de un nuevo mundo, por lo que la distancia que guarda con respecto al milenarismo es considerable. Por si fuera poco, no espera la solución de los problemas para mañana mismo, o en breve; de hecho, en estos momentos los judíos llevan cerca de 6.000 años esperando al Mesías, lo cual indica que de inminencia nada. Y esto mismo vuelve a repetirse, por ejemplo, en la concepción plenamente cristiana, en el libro de los "Hechos de los apóstoles", en el capítulo I, cuando Lucas, su autor, relata la ascensión de Jesús y el momento en el que habla con sus discípulos. A la pregunta de uno de ellos de si en ese momento va a restaurar el reino de Israel, Jesús contesta diciendo que eso no es lo que debe interesarles, que lo que deben hacer es ser sus testigos hasta el último confín de la Tierra y no hacer "crucigramas" proféticos acerca de cuándo se producirá la restauración del reino israelita. No en vano, ésta es una nota característica de todo el Nuevo Testamento. Pablo, por ejemplo, en la "Carta II a los Tesalonicenses" insiste en no creer en aquéllos que dicen que la venida de Cristo se va a producir inmediatamente. Incluso en el "Apocalipsis" se renuncia a la visión milenarista de la Historia, lo cual no deja de ser un hecho revelador.

Por tanto, el milenarismo surge como perversión en la medida en que, primero, altera los sujetos; para esta ideología los verdaderos protagonistas de la Historia son sus miembros y los condenados por la misma son los que permanecen fuera de ella. Segundo: tiende a fijar fechas cercanas para la consumación de los hechos históricos, con lo que manipula su análisis en el intento de hacer creer a alguien que el mayor acontecimiento de la historia de la humanidad está a la vuelta de la esquina. Tercero: distorsiona la realidad. Obviamente, ésta suele desmentir las tesis milenaristas, por lo que se hace imprescindible conocerla para que se pueda buscar la manera de encajarlas en ella. Y cuarto: pretende ser la única doctrina con el suficiente conocimiento como para interpretar cómo son las cosas.

¿Cuál ha sido el desarrollo histórico de los milenarismos a lo largo de los siglos? Bien es cierto que sería asunto muy prolijo desarrollar lo que han supuesto las explosiones de pensamiento milenarista a lo largo de los últimos dos mil años, por lo que tengo que limitarme a mencionar algunos ejemplos. Así, ha habido, por supuesto, tanto casos de milenarismo judío como manifestaciones esporádicas de milenarismo cristiano en siglos anteriores como el XVI; pero el pensamiento milenarista experimenta una enorme floración a partir del siglo XIX, cuando, por una parte, sigue siendo religioso, es decir, se limita a pervertir determinadas categorías del pensamiento que aparece en la Biblia, y por otra parte, se convierte en un milenarismo de tipo secular. Eso hace, además, que se divida en tres grandes cauces: uno, el movimiento de las sectas contemporáneas, que aparecen ya en el primer tercio decimonónico y perduran hoy día; otro, el nacionalismo, y por último, el marxismo. Estos dos también existen en la actualidad, con sus lógicas derivaciones; ambos pretenden ser seculares, pero el peso de las categorías religiosas del pensamiento al que se vinculan lo hacen muy difícil. Las sectas, cuyo punto de partida podría cifrarse en los años 30 del siglo XIX, surgen con la aparición del adventismo, término que significa "venida" o "llegada". Y este movimiento surge, a su vez, de una curiosísima interpretación del Libro del profeta Daniel, que aparece en el Antiguo Testamento, en virtud de la cual se anuncia que la segunda venida de Cristo se va a producir en 1843. Obviamente, el glorioso evento no tiene lugar en ese año; ni tampoco en 1844, nueva fecha hasta la que se retrasa. Por supuesto, no hace falta que les diga que las profecías son vaticinios que no se cumplen en su momento; en este caso, el hecho de no cumplirse lo pensado provoca la escisión de los grupos adventistas en distintos grupos, como, por ejemplo, los Testigos de Jehová, que hoy en día posiblemente es el más numeroso. Este advenimiento se vuelve a esperar en 1874, 1914, 1925 o incluso 1975, y en un momento determinado, no ya en una fecha concreta, sino en un tiempo simplemente cercano.

No voy a detenerme mucho en la historia de lo que sería el milenarismo de carácter sectario, sí quiero, sin embargo, enunciar elementos coincidentes de estos tres grupos. El primero es el hecho de la división social. La persona que está dentro de la secta ciertamente participa de una visión en la cual se traza una raya bien definida entre los que están dentro y los que están fuera; y no sólo entre esto, sino también entre los que sobrevivirán a la gran catástrofe y los que serán destruidos por ella, según se encuentren a un lado u otro de dicha raya. A ello va ligado el anuncio de un acontecimiento indiscutible y aparentemente cercano óque lleva ya 170 años sin ocurrir, por ciertoó que va a cambiar de manera radical la Historia. Ni que decir tiene que hasta la fecha todo ha quedado en falacias irrealizables y que lo único que ocurre es que esa profecía se sigue proyectando hacia el futuro siguiente con la esperanza de que se cumpla, aunque ya se esperaba para la década de los años 30 del siglo pasado.

En cuanto al pensamiento marxista, es curioso ver cómo no sólo Marx, sino también sus seguidores se dedicaban a denigrar a quienes no pensaban como ellos. Buena parte del Manifiesto comunista está dedicado a condenar a los socialistas no marxistas; es más, se les define como 'socialistas utópicos', ocasión que Marx aprovecha para aclarar que él no es utópico óaunque en realidad fue el más fantasioso de los socialistasó, sino que profesa un socialismo científico. Este elemento se repite en el manual de filosofía de la Academia de las Ciencias de la Unión Soviética y en infinidad de obras de pensadores marxistas. Por el contrario, yo pienso, y no soy el único, que esta ideología marxista se sustenta en categorías de tipo religioso; de hecho, su Manifiesto, posiblemente lo más legible de la obra de Marx, es fundamentalmente una obra que está concebida con categorías de tipo milenarista. Para empezar, habla de la consumación de la Historia. Yo no sé hasta qué punto se puede hablar de esto en términos políticos o económicos; me parece de una soberbia y de una altivez impresionantes. En cualquier caso habla de que la Historia camina hacia una consumación breve, y no sólo es que vaya a cambiar tras ésta, sino que también se trazará la línea entre los buenos y los que van a ser condenados ¿Y quién estará a uno y otro lado? Efectivamente, el proletariado será quien reciba los frutos de esta consumación y los representantes del sistema capitalista serán los perjudicados. No obstante, por si fuera poco, también presenta a sus propios "herejes". No se trata únicamente de un ataque al capitalismo como sistema; además, se intenta acabar con aquéllos a los que, dentro del grupo de los "escogidos", se consideraba traidores. Desde luego, me parece interesante la descripción de la época paradisíaca que se supone que viene después de la consumación de la Historia. Como ocurre con todos los pensamientos milenaristas, en este caso también es muy difuso y confuso. Es muy difícil adivinar qué pensaba Marx que iba a suceder después, probablemente porque ni él mismo tenía una vida muy definida, porque quizá no quiso "pillarse los dedos". En todo caso, sí había unos elementos muy claros antes de esta esperada consumación, como podía ser, por ejemplo, el ya comentado exterminio consciente de millones de personas que no encajaban en la visión milenarista. Por tanto, esto ya anunciaba qué ocurriría si las ideas de Marx se llevaban a la práctica. En este sentido, sí se cumplieron las profecías, aunque, desde luego, no tan halagüeñas como hemos podido ver: no deja de ser realmente escalofriante que la primera utilización del gas con fines exterminadores no fuera para matar a los nazis, como tiende a pensarse, sino contra los bolcheviques rusos, sobre poblaciones campesinas, en 1919, por órdenes expresas de Lenin. Tampoco es menos impactante que el número de muertos del comunismo supere los 100 millones de personas.

Con respecto al nacionalismo, en contra de lo que suelen creer quienes lo profesan, lejos de ser una forma de visión de la realidad que une sus raíces en la noche de los tiempos es un recién llegado a la historia de las ideas políticas. Aparece en la segunda mitad del XIX de la mano del Romanticismo, que tenía elementos muy positivos y elementos claramente nefastos, y se nutre de unas características evidentes. La primera fue el elemento de exclusión, ya que surge en unidades políticas en las que distintas nacionalidades conviven pacíficamente, en la mayoría de los casos. Su intención es acabar, por tanto, con esa situación de convivencia y excluir a quienes no compartan dicha idea. De hecho, no deja de ser significativa la manera en que algunos de los grupos nacionalistas se autodenominan: por ejemplo, el brazo político del IRA se denomina Sinn Fein (Nosotros Solos). Como definición de lo que es un movimiento nacionalista me parece perfecto, porque parte de esta base, de este "nosotros solos"; además, eso indica colocar al otro lado de la valla a los que no son de los nuestros.

ANTERIOR / SIGUIENTE

Enviar la noticia a un amigo

subir




info@diario-elcorreo.es

Pintor Losada 7
Teléfono: +34 1 944870100 / Fax: +34 1944870100
48004BILBAO