a


AULA DE CULTURA VIRTUAL

La Fundación Grupo Correo está desarrollando este año un interesante programa de conferencias cuyas transcripciones ofrecemos en El Correo Digital.

LA MUJER EN LA SOMBRA

La vida junto a los grandes hombres

DÑA. BEGOÑA ARANGUREN

Periodista

Bilbao, 11 de Marzo de 2002

 

Sé que lo primero que pueden preguntarse es el porqué de este libro; por eso querría comenzar esta presentación aclarando sus dudas. En principio, yo soy feminista en el sentido en el que creo que una debe ser feminista; es decir, comprendo que hay injusticias en este ámbito -están ahí, no hay más que verlo-, y muchas. Para que una mujer llegue al mismo puesto de trabajo que tiene un hombre, por ejemplo, hace falta que aquélla invierta más horas de trabajo que éste, y, sin embargo, los dos cobran el mismo sueldo; en fin, una locura. Por tanto, opino que la mujer de finales del siglo XX y de este siglo XXI que ya vivimos tiene una vida muy difícil. Quizá yo haya sido, también es verdad, de las que más suerte ha tenido, de las pocas que se encuentra en una situación privilegiada, ya que ni pertenezco para nada a la generación de estas diez mujeres que retrato en mi libro ni tengo 30 años, como veis, lo que significa que yo observaba desde la atalaya las experiencias que ellas me contaban.

 ¿Por qué estas diez mujeres? Yo quise abarcar un amplio espectro de féminas que tuvieran maridos con ocupaciones distintas, por eso aparecen las esposas de un arquitecto, un torero, un editor, un poeta, etc. Claro que yo hubiese incluido muchísimas más, para qué engañarles; o sea, que son todas las que están, pero no están todas las que son. En todo caso, lo que yo no podía hacer era una enciclopedia de 100, 1000 ó 3000 mujeres; entonces, las escogidas son mujeres con las que rindo un sincero homenaje -y eso no quiere decir que cualquier tiempo pasado fue mejor- a toda esa gente que pertenece a un cierto momento histórico y que ha recibido una determinada educación. Ellas son, como yo las llamo con mucho cariño, "las últimas de Filipinas", y, en efecto, creo que hay que homenajearlas porque tienen un importantísimo y casi nunca reconocido como se debe denominador común: la generosidad sin límites, la entrega absoluta, el amor más sincero, más profundo, y una ausencia total de protagonismo. Y al tiempo, dicho homenaje me sirve, como digo, para dedicar un recuerdo a todas aquellas mujeres en la sombra que son anónimas, puesto que ellas también se merecen un testimonio personal de agradecimiento enorme al haber logrado que sus compañeros hayan brillado con luz propia. Probablemente, ellos, por sí solos, no hubieran llegado a donde han llegado. Al menos para mí, es un hecho claro.

 Después, quizá puedan preguntarse otra cosa: ¿por qué se ha fijado en estas diez y no en otras? Pues bien, aparte de tener en cuenta ese amplio espectro del que les hablaba con respecto a los distintos trabajos de los maridos, también me he fijado en lo que creo que debe fijarse una persona que entrevista: en que el entrevistado sea sincero, en que realmente no le importe hablar de su persona -cosa francamente impresionante porque a veces una se sentía como una psicoanalista-. Y todas ellas lo son. Componen un elenco de mujeres que jamás en la vida pensaron que nadie se iba a interesar por ellas, por lo que opinaban o dejaban de opinar. Sin saberlo, eran la luz en la sombra (denominación que, por cierto, iba a ser el título del libro en un principio), y, después de muchos años, alguien, yo, empezó a preguntarles por lo que les preocupaba, por lo que sentían. Esto, sin duda, resulta un trabajo de mucho tiempo de investigación, de mucha aproximación, pero era gente que me hablaba con una sinceridad tal que me producía una sensación de responsabilidad enorme. Es como si se estuvieran desnudando ahí, delante de mí, y yo sé que precisamente ésa era su sensación, ya que algunas son amigas y me hicieron llegar que comentaban: «¡Qué chica más rara! Viene a preguntarnos a ver qué pensamos de no sé qué». No obstante, hace muchísimo que tenía esta idea; tanto que, cuando pensaba en gente más o menos importante o socialmente relevante, las primeras personas que me venían a la mente eran Tierno Galván, Gutiérrez Mellado y demás. De Tierno Galván, en concreto, yo pensaba que eso de ir por la vida teniendo que dar la sensación de hombre abierto, simpático, siempre gracioso y ocurrente debía de ser pesadísimo y que a mí me interesaba muchísimo más conocerle a él no por la imagen que me quisiera vender, sino por su verdadero comportamiento al llegar a casa, porque a lo mejor era insoportable, o una maravilla. Y con los demás me ha pasado lo mismo; por tanto, ¿quiénes mejores para conocerles que sus propias mujeres?


SIGUIENTE

Enviar la noticia a un amigo

subir


info@diario-elcorreo.es

Pintor Losada 7
Teléfono: +34 1 944870100 / Fax: +34 1944870100
48004BILBAO