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Ramón Gabilondo
(Director de programas de la Cadena SER)
Gorka Zumeta (Coordinador de Radio Madrid SER)
'AÚN MÁS ESTUPIDIARIO'
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Ramón Gabilondo y Gorka Zumeta,
junto a Gemma Nierga, durante la presentación del libro.
/ EL CORREO |
Gorka Zumeta: Lo que comenzó
hace ya un par de años, como fruto de un encargo de la
editorial Aguilar, tímidamente, casi con sonrojo por lo
que suponía de intromisión en el mundo literario,
ha alcanzado unas proporciones sorprendentes, primero, para la
propia editorial y, segundo, para los autores, los que hoy nos
sentamos aquí. El Estupidiario, que ya ha cumplido, como
digo, dos años, era y sigue siendo, además de un
proyecto literario sin pretensiones, un trabajo hecho con cariño,
con buen humor, incluso, si me permiten la expresión,
con "buen rollo". Cuando acabamos de escribir y dimos
paso a la labor de imprenta, a la maquinaria encargada de confeccionar
las casetes, etc., estábamos contentos porque habíamos
conseguido divertirnos con nuestros compañeros de profesión
y reírnos con muchos de nuestros oyentes.
Ante la respuesta del público,
la editorial volvió a encargarnos una segunda entrega
de este libro, que hemos titulado Aún más estupidiario.
Entonces, nos pareció que en esta ocasión nuestra
responsabilidad era incorporar un punto de vista más sólido,
incluso científico, a la hora de abordar el análisis
del error radiofónico. Así que si entre ustedes
hay quien piensa que se va a divertir con esta conferencia, vaya
alejando esa idea de la cabeza porque ésta es una ponencia
sesuda, profunda, sólida, producto de mucho tiempo robado
al sueño, de desvelos continuos.
Este segundo libro, a diferencia del primero, es consecuencia
del tamiz académico que hemos querido conferir a nuestra
labor, hasta el punto de que nuestro deseo cumplido sería
que las facultades de ciencias de la comunicación lo adoptaran
como libro de texto para que los alumnos, periodistas radiofónicos,
supieran lo que no hay que hacer cuando uno se sitúa delante
del micrófono. Por tanto, vayamos al origen contextual
del gazapo, incluso al del hipercontexto -que no tiene nada que
ver con ir al híper a comprar libros de texto-. Y qué
mejor, para ello, que exponer con detenimiento algunos ejemplos
extraídos de nuestro trabajo de investigación.
Acomódense en sus sillas, porque al menos en los próximos
5 segundos, adoptaremos un tono solemne para presentarles la
realidad gazapológica española.
Ramón Gabilondo: Bueno. Gracias al Aula de Cultura por
su invitación. Éste que les ha hablado es Gorka
Zumeta. Como sabe que aquí ha estado Mario Vargas Llosa,
se ha dicho «vamos a darle un carácter científico
a esto»; no obstante, lo serio, lo científico, se
ha terminado. Así que a quienes hayan venido buscando
algo que corresponda al contenido elevado de un aula de este
tipo les agradezco su asistencia -espero que les haya gustado,
que haya sido de su interés- y al tiempo les advierto
de que ya hemos satisfecho toda ambición cultural posible
por hoy.
El Estupidiario nació como consecuencia de un cúmulo
de frases conocidas en nuestro mundillo, famosas entre los profesionales
del medio. Por ejemplo, aquéllas de «al paso de
la vuelta ciclista por Baracaldo, los primeros van en cabeza»,
«El Real Unión y el Osasuna han empatado a cero
goles. La primera parte ha finalizado con idéntico resultado»
o la de «durante el puente de Santiago, hubo un colapso
espectacular en la frontera al coincidir, este año, el
final de julio con el comienzo de agosto». De muchas de
ellas -porque la verdad es que se producen miles en la radio-,
no tenemos constancia documental, no están grabadas, pero
otras tantas sí se conservan; por eso nos ha sido posible
realizar una especie de recopilación de las meteduras
de pata más sonadas y divertidas en este medio.
Gracias no sólo a ustedes, al público en general,
sino también a nuestros compañeros, ha tenido un
éxito terrible -un sorprendente éxito, desde mi
punto de vista-, lo que demuestra que en nuestro oficio somos
todos masoquistas. A todo el mundo le ha parecido divertidísimo
esto de que publiquemos sus gazapos y los emitamos por todos
lados, hasta el punto de que en cierta manera hemos sufrido el
mismo efecto que provocó el Rey cuando se puso las gafas
del programa Caiga quien caiga. De repente, todo el mundo dice
eso de «sí, hombre, cómo no, claro que me
pongo las gafas», todo el mundo goza de un excelente sentido
del humor, cuando en el fondo ha existido cierta reticencia hasta
que don Juan Carlos tuvo ese gesto. Y algo parecido nos ha ocurrido
a nosotros: todos los grandes profesionales de este oficio, Luis
del Olmo, José María García, Carlos Herrera,
Iñaki Gabilondo, etc., acogieron el proyecto con enorme
simpatía y comprensión cuando se lo presentamos;
entonces, de rebote, todos los demás lo han ido viendo
con buenos ojos, y nos consta que les ha parecido divertidísimo.
Esa complicidad causó, como digo, el estupendo éxito
que tuvo el primer libro -como no somos escritores profesionales,
lo podemos decir tranquilamente. No es una operación de
marketing, es la verdad-; y dicho éxito originó,
a su vez, que la editorial nos pidiera un segundo.
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