a


AULA DE CULTURA VIRTUAL

La Fundación Grupo Correo está desarrollando este año un interesante programa de conferencias cuyas transcripciones ofrecemos en El Correo Digital.

Conferencia de D. Francisco García Olmedo, Catedrático

ENTRE EL PLACER Y LA NECESIDAD.
CLAVES PARA UNA DIETA INTELIGEN
TE

Francisco García Olmedo.
La verdad es que venir a Bilbao para hablar sobre dietas es como exportar naranjas a Valencia o vender navajas en Albacete. Es una temeridad, y más si de lo que voy a hablar es de una dieta inteligente, ya que hay aquí mucho de eso. Por tanto, si fracaso, lo haré sabiendo que era una misión imposible desde el principio. De todas maneras, sé que sabrán disculparme.

Cuando publiqué un libro anterior a éste que hoy conocen, en el acto de presentación, hice un resumen de su contenido; entonces, un amigo mío que estaba entre el público me dijo: «oye, lo has hecho estupendamente. Lo has hecho tan bien que ya no me voy a comprar el libro». Así que procuraré explicarles lo pertinente lo mejor posible, pero sin contarles lo que hay en el libro, para que ustedes salgan corriendo a comprarlo. Y esto lo digo sin ningún pudor, porque escribir un libro es algo a lo que se dedican muchas horas y que, sin embargo, nunca o casi nunca conduce -excepto los que escribe mi presentador- ni a la riqueza ni a la fama. Por tanto, yo creo que invitarles a que lo lean es un deseo honesto de quien lo escribe, así que disculpen también mi osadía. No obstante, entremos en materia.

Para empezar, me gustaría decir que la nutrición y la dietética, es decir, los fundamentos de nuestras necesidades alimenticias y los conocimientos básicos de dietética, deberían ser parte integral de nuestra cultura, en la misma medida, al menos, que los sonetos de Shakespeare o el Quijote ¿Por qué? Porque se refieren a un aspecto que tiene una enorme trascendencia, que afecta a nuestra salud, a nuestra calidad de vida, etc. Con esto, no quiero decir que haya que ser un experto en nutrición o un científico en relación con este tema, lo que quiero dejar claro es que se deben poseer al menos unos conocimientos básicos sobre esto; debería ser parte de la cultura. Sin embargo, no lo es, e incluso ocurre algo peor, quizá, que el mero hecho de no serlo: que los conocimientos imperfectos y sometidos a revisión, como todo conocimiento científico, son suplantados por veleidades publicadas a diario en toda suerte de medios. Sin duda, éste que hoy nos ocupa es uno de los temas más tergiversados y más desenfocados de la actualidad, por lo que hay que contribuir a que el discurso en relación con estos temas esté más racionalizado. Esto es, en principio, lo que yo pretendo aportarles de una forma modesta.

Si nos fijamos en los problemas actuales de nuestra alimentación, el primero de todos en importancia precisamente es la falta de ésta, el hambre. Sigue siendo la principal lacra de la humanidad, y creo que, por eso mismo, tiene que seguir siendo una de nuestras principales preocupaciones, aunque, en contra de la creencia popular, el hambre mundial no ha aumentado en estos últimos años. Bien es cierto que tampoco ha disminuido tanto como hubiera sido deseable, pero si podían existir en torno a 1.000 millones de hambrientos hace 30 años, hoy día, la cifra está por debajo de los 800 millones. Este avance, así enunciado, en términos absolutos, resulta muy modesto; no obstante, hay que tener en cuenta que, en ese periodo de tiempo, la población mundial ha pasado de unos 3.000 millones de habitantes a 6.000 millones. Así que, analizado el contexto, lo conseguido no es nada desdeñable.

Se dice, con muchísima frivolidad, que el hambre en el mundo es un mero problema de reparto. Pues bien, yo quiero aclarar que quien dice eso desconoce, primero, la dificultad de dicho reparto y, segundo, qué es lo que se puede y se debe repartir. Lo más importante, lo primordial, es repartir todo lo que tenga que ver con emergencias o con los pequeños déficits que contraen algunos pueblos, nunca la nutrición básica de todo un grupo de población. Es más, el reparto mal entendido destruye las formas autóctonas de producción de alimentos; la introducción de alimentos gratis en un determinado entorno arruina a los agricultores que producen dichos alimentos en dicho entorno. Por lo tanto, queda claro que no sólo es un problema de reparto, sino que también es un problema técnico, político y económico. Es un problema mucho más complejo de lo que parece y al que no hemos sabido darle una solución completa, aunque he de aceptar que hemos avanzado sustancialmente para que llegue a su fin. Así que, en cualquier discusión sobre los problemas de la nutrición, es la primera cuestión que debemos abordar.

 

SIGUIENTE

Enviar la noticia a un amigo

subir




info@diario-elcorreo.es

Pintor Losada 7
Teléfono: +34 1 944870100 / Fax: +34 1944870100
48004BILBAO