El libro El fundamentalismo democrático fue redactado dando por supuesta la definición ordinaria de «fundamentalismo democrático» que había utilizado en un libro anterior (Panfleto contra la democracia realmente existente, La Esfera de los Libros, Madrid 2004 –entregado a la editorial en septiembre de 2002, no estuvo en las librerías hasta enero de 2004–). Esta definición invitaba a confrontar la diversidad de criterios desde los cuales los significados del fundamentalismo democrático estaban concebidos.
Alternativas o disyuntivas
El sufijo -ismo transforma a las significaciones o conceptos formados a partir de raíces, bases, núcleos o constituyentes pertenecientes a campos categoriales muy diversos en ideas (derivadas de los constituyentes) que representan o bien modos de ser o de organización, natural o cultural, identificables dentro de un sistema de alternativas o disyuntivas posibles frente a las cuales se definen (identificables implica que esos modos de ser sean repetibles, principalmente como efectos de causas o principios de la más diversa índole, y que posean una relativa estabilidad en su ámbito), o bien modos o modelos de hacer o de proceder (tanto institucionales como no institucionales, ya sean «naturales», ya sean «culturales») identificables (repetibles, estables) dialécticamente, es decir, dentro de un sistema de alternativas o disyuntivas posibles frente a las cuales se definen.
-ismo, el sufijo clasificador
De este análisis se desprende que el significado -ismo actúa, ante todo, como un clasificador, en la enorme variedad de modos de ser o de hacer, tanto de la realidad no institucional (sea natural, sea cultural) como de la realidad institucional en función de la cual caracterizamos a la cultura humana. Por vía de ejemplo, el estrabismo se entenderá como un modo de organizarse los ejes del globo ocular, efecto morfológico de causas orgánicas (ya sean programas genéticos, ya sean programas somáticos o simplemente lesiones); el estrabismo es una disposición o modo de ser un organismo binoculado, una disposición identificable entre otras disposiciones alternativas, y dotadas de una relativa estabilidad, la suficiente para eliminar cualquier hipótesis aleatoria. El botulismo es un efecto real (un modo de ser, no una doctrina o cosa parecida, como sugiere el diccionario) provocado tras el consumo de carne pasada (latín botulus = salchicha) o de otros alimentos (generalmente embotados), efecto provocado por un microbio anaerobio denominado Bacilus botulinus. Este efecto, aunque tiene lugar en un campo cultural-industrial (en el que hay salchichas, latas o botes de conservas), se produce por vía naturales, no culturales. Es un efecto, o modo de ser efecto, que se produce dentro de un conjunto de alternativas o disyuntivas posibles, un efecto identificable por los síntomas característicos (y entre ellos, por cierto, a veces, ciertos trastornos oculares como la diplopía o estrabismo interno).
Por supuesto, el sufijo -ismo también define modos de ser o modos de hacer ya estrictamente institucionales, y no sólo culturales, como puedan serlo las conductas del canibalismo, descritas en muchas especies de vertebrados, «modos de hacer» o de conductas alternativas a otras posibles, pero que discurren en un terreno que no requiere un momento nematológico doctrinal, sin que por ello pueda ser llamado tecnológico (si es que el momento tecnológico lo consideramos siempre conjugado con un momento nematológico). |