|
“Tengo ansiedad”..., “yo también”... Todos tenemos ansiedad. Y esto no es un juego de palabras, ni un acertijo, ni una evasiva. La ansiedad es una emoción que experimentamos todos los seres humanos y todos los animales. Porque la ansiedad, originariamente es una emoción adaptativa, que nos avisa y hace reaccionar ante el peligro, una especie de aparato de alarma. Y los aparatos de alarma no son malos –todo lo contrario-, aunque pueden plantear problemas cuando se activan sin necesidad. Pero, en conjunto, en general, es mejor que se active sin necesidad que no se active, que no funcione cuando es necesario. “La evolución favorece a los genes ansiosos”. El miedo guarda la viña. Son mejor los falsos positivos que los falsos negativos. Por eso, el objetivo es manejar o controlar la ansiedad; no suprimir. Por eso, al poner título a mi último libro quise de destacar esta idea y me incliné por el de Vivir con menos ansiedad. Manual práctico. [Ediciones Mensajero, Bilbao, 2009]. Precisamente en esta conferencia voy a tratar de resumir algunas de las orientaciones que propongo de forma más extensa en este libro. Así, pues, no se trata de Vivir sin ansiedad, sino de vivir con menos ansiedad, no de suprimir la ansiedad, sino de manejarla.
Conocer la ansiedad para manejarla. Sin descartar otras aproximaciones yo sigo fundamentalmente la de la terapia cognitivo conductual. Y la terapia cognitivo conductual tiene mucho de instrucción, de actividad docente. Es decir, la información sobre el tema, en este caso la ansiedad, forma parte de la terapia y el terapeuta actúa en parte como un profesor.
Pero, ¿qué es la ansiedad? La ansiedad: Una emoción compleja. No es una emoción primaria o simple, pues incluye otras: Miedo ... Culpa, ... Vergüenza, ... Asco. Sobre todo, miedo. Miedo y ansiedad se solapan, pero se pueden diferenciar. Un elemento de la ansiedad es la sensación de amenaza. Pero, ¿qué es la ansiedad? La ansiedad es una emoción, cuyas manifestaciones o signos se pueden agrupar en tres sistemas de respuesta o tres tipos de signos. Tiene varios sinónimos con los que la gente expresa la experiencia de esta emoción: angustia, inquietud, nerviosismo, ...
-Corporales (fisiológicos). Qué ocurre en el cuerpo. Los cambios responden a la llamada respuesta de “Lucha-huída”. Concretamente en varios sistemas corporales. En el sistema cardiocirculatorio: aumento del ritmo corazón. En el respiratorio: respiración rápida, irregular y superficial, sensación de ahogo, presión en el tórax. En el muscular-esqueletal: tensión muscular, temblor, rigidez, espasmos, hormigueo. En el gastrointestinal: molestias digestivas, náuseas, vómitos, diarreas. Cambios también en la piel: rubor facial, sudoración, etc. También mareos y otros. Algunas de estas reacciones se experimentan también en otras emociones y en otras actividades: ira, calor, ejercicio físico, actividad sexual, etc.
-Conductuales. Qué cambios se observan en la conducta, en el comportamiento. Es muy frecuente la hiperactividad y menos frecuente la paralización motriz. Además es posible la conducta compulsiva. Pero, sobre todo: evitación y escape. Evitar o escapar tienen gran importancia para entender la ansiedad y para adoptar las estrategias para su manejo.
Cognitivo-afectivo. Experiencia subjetiva. Sentimiento. Pensamiento. Miedo. Creencias, imágenes, pensamiento. Preocupaciones, exagerada autoconciencia. Concentración, bloqueo del pensamiento,... Atribuciones disfuncionales de lo ocurrido, expectativas negativas. Búsqueda selectiva de información. Sesgos en la memoria: olvidar lo relacionado con la tarea y recordar solamente otras experiencias de ansiedad.
Los tres sistemas de signos son interactivos. Así, la interpretación de las sensaciones corporales aumenta todavía más esas sensaciones y la evitación. Puede haber manifestaciones de los tres grupos, pero puede que no.
De la ansiedad como experiencia común a la ansiedad patológica. Partimos, pues de una experiencia común, de una emoción común, de una especie de reflejo o mecanismo de supervivencia. ¿Cuándo comienza la ansiedad a ser patológica? Es ésta una distinción teórica, pues en la práctica no siempre resulta fácil establecer los límites con claridad. Importancia de la ansiedad no clínica, que no reúne los requisitos. De la ansiedad adaptativa y protectora a la patológica. ¿Qué caracteriza a la ansiedad patológica? Síntomas muy intensos y persistentes, que no corresponden al peligro real. Alteración del funcionamiento ocupacional, social, familiar, sufrimiento o malestar intenso, excluir otras causas: depresión, enfermedad médica, abuso de sustancias, etc. La ansiedad protectora se vuelve hiperprotectora.
Clasificación de los trastornos de ansiedad. Existen varias clasificaciones de los trastornos mentales, que han cambiado y cambian. La actual el DSM-IV acentúa el carácter descriptivo y suprime el término neurosis. Está aceptado por una gran mayoría, aunque se han realizado también algunas críticas. Convergente, coincidente con la CIE-10, de la OMS. Daremos un vistazo rápido a las principales categorías o tipos de ansiedad patológica.
-Crisis de angustia. (o Crisis de pánico). “Pánico” viene del dios griego Pan . Protagonismo de los síntomas corporales. Intenso miedo y malestar, palpitaciones, temblores, sacudidas, náuseas, malestar o dolor torácico, náuseas o molestias abdominales, despersonalización, des-realización, escalofríos, sofocos. Pueden ocurrir en varios trastornos diferentes.
-Trastorno de angustia. Repetidas crisis de angustia, inesperadas. Esto provoca la presencia de miedo anticipatorio.
-Agorafobia. Podría considerarse la típica neurosis moderna. Con o sin trastorno de angustia. Se manifiesta en una evitación de lugares y situaciones en los que el sujeto se encuentra desprotegido. La evitación tiende a extenderse: cines, grandes almacenes, avenidas, transportes público, etc. No es ante un lugar concreto, sino ante la sensación profunda de inseguridad.
-Fobia específica. Miedo excesivo e irracional a objetos o situaciones concretas. Con evitación del objeto o situación, o con extrema ansiedad si no se logra evitar. Hay varios tipos: ambientales (tormenta), animales (insectos), situaciones (avión), inyección-heridas.
-Fobia social o ansiedad social. Miedo excesivo o desproporcionado a situaciones de interacción social, o de ejecución. Llega a resultar intolerable la observación por parte de otros, que se percibe como una evaluación negativa. Evitación y síntomas como temblor, rubor facial, palpitaciones, sudoración. El miedo a las situaciones de interacción social, es bastante común. La fobia social puede ser generalizada y no generalizada (restringida: hablar en público). Cuanto más formal es la situación...
-Trastorno de ansiedad generalizada. No está bien definido del todo y es un diagnóstico de carácter residual. Destacan las preocupaciones excesivas, persistentes, difíciles de controlar. Fatiga. Quejas somáticas. Trastornos del sueño. Durante 6 meses.
-Trastorno obsesivo-compulsivo. Obsesiones (pensamientos, imágenes o impulsos intrusivos recurrentes). –no simples preocupaciones- Intento de neutralizar las obsesiones con acciones mentales y conductas. Se reconocen como producto de la propia mente. Compulsiones: conductas repetitivas (lavarse, comprobar, ordenar,...) o actos mentales (contar, repetir ciertas palabras). Malestar subjetivo, pérdida de tiempo, alterar funcionamiento
-Trastorno de estrés postraumático. Reacción a una experiencia negativa especialmente traumática: asalto, catástrofe natural, catástrofe provocada por el hombre, atentado, etc.
-Trastorno de ansiedad secundario. enfermedad. Sustancias. Algunas enfermedades médicas muestran síntomas de ansiedad. Sobre todo algunas del sistema endocrino. Tiroides. Varias enfermedades médicas mimetizan los trastornos de ansiedad.
Trastorno mixto-ansiedad; Trastornos adaptativo... y también la ansiedad tiene mucha importancia en otros trastornos mentales como la depresión, trastornos de alimentación, hipocondría, trastorno dismórfico corporal.
Varias trastornos de ansiedad mimetizan algunas enfermedades médicas, lo que puede llevar a una posible confusión. Por eso se les ha llamado “Los grandes impostores médicos”. |