No ha habido ni un solo problema. Ya me gustaría a mí ver esa estampa en otros muchos países, celebrando juntos gobierno y oposición. Me da que aún vamos a tener que esperar para ver eso. Es una democracia por esto muy envidiada y muy admirada en toda África. Y esa es nuestra realidad. Es un país muy pobre, es un país con mucha miseria, pero es un lugar de donde uno sale siempre lleno, y eso es lo que me gustaría transmitir hoy.
Mi experiencia
Yo trabajo en un colegio, en Kumasi, construido por Manos Unidas hace ocho años. Empezábamos hace ocho años con 35 niños, hoy tenemos 1.050 niños, y es un lujo este colegio, porque todavía podemos ver a muchos niños dar clase debajo de un árbol. Porque no hay colegio, no hay estructura, no hay techo, no hay edificio y muchos niños por los caminos. Esto es una estampa impresionante. A las cinco de la mañana caminando hacia la escuela con el taburete de la cocina en la cabeza, porque no hay donde sentarse en el colegio, eso es una estampa diaria, habitual. Por eso digo que en este colegio, esos niños están viviendo un auténtico sueño y un auténtico lujo; y ahí estamos una comunidad de maristas, todos africanos menos yo, trabajando y dando esa posibilidad educativa a niños de 32 poblados.
Empezamos sin agua potable, sin electricidad, sin teléfono, sin servicios, sin absolutamente nada, y gracias a Manos Unidas y tantas otras personas por su solidaridad, podemos decir hoy que tenemos un colegio digno. Los niños son realmente preciosos, felices a pesar de tener muy pocas cosas. En la zona donde yo trabajo, que es una zona de ámbito rural, las familias comen una vez al día, al atardecer. Estos niños, como os he comentado ya, son muy afortunados porque en el colegio tienen desayuno y comida, es decir, comen tres veces al día, porque la de sus padres tampoco se la pierden.
Gracias a dos autobuses que el ayuntamiento de Vitoria hace tan sólo dos años nos hizo llegar, hemos resuelto un problema realmente fuerte, que era el problema del transporte escolar. Daos cuenta que los niños en Ghana muy a menudo andan 20 y 30 kilómetros para ir a la escuela: 20 de ida y otros tantos de vuelta. Una de las cosas que realmente le llega al alma a cualquiera que vive en Ghana y en África es la dignidad con la que viven; no importan que no tengan nada. Yo estoy muy acostumbrado a trabajar en poblados. No os podéis imaginar vosotros cómo son las casas sin absolutamente nada de nada. Y es que te ofrecen todo y te darán las gracias mil veces, sencillamente, por entrar a su casa.
Entonces, en cuestión de segundos y gracias a una de esas revelaciones que nos sobrevienen de golpe, comprendí el malentendido levantado a lo largo de los meses, pero comprendí al mismo tiempo que la justificación sería mucho peor que la enfermedad, por lo que, cuando pidieron que me explicara, me encerré en un mutismo del que tardaría semanas en salir. Ya en casa, sonó el teléfono y lo cogió mi madre, escondido debajo de la mesa camilla, la escuché hablar con alguien del colegio, quizá el mismo Federico que, evidentemente, debía de estar contándole lo sucedido. Mi madre, muy preocupada, le relató lo de las "sillas" y los "sillos", lo de las "aspirinas" y "aspirinos", lo de los "colegios" y las "colegias". No sé que le dijeron, pero ella aseguró que me observaría.
Yo muchas veces digo que los que estamos
allí no es que hagamos más o menos, no es lo que más
valoran lo que puedas hacer o lo que puedas dar o lo
que puedas conseguir para ellos, sino el simple hecho
de que estás allí; estas allí y has venido a mi casa.
Hay una serie de valores humanos, de detalles de relación
que nosotros hemos perdido y que África mantiene muy
vivos, por tradición, por cultura y que, realmente,
son muy emotivos. Una enfermedad que está en bastantes
países del África del oeste es la úlcera de Buruli.
Es de la familia de la lepra, es una enfermedad que
surge como un pequeño nódulo en la piel, como un granito,
que cuando está a ese nivel existe curación: extirpan,
raspan, injertan tejido de otro lugar del cuerpo y pueden
cortar la úlcera. Si eso no se ha desarrollado, normalmente
empieza en las extremidades, aunque no siempre; si no
se ha desarrollado se logra cortar bien; si no, hay
recurrir a la amputación de extremidades; y si avanza
y llega a órganos vitales, la persona muere. La causa
no se conoce. Por tanto, es una enfermedad que no tiene
cura, es una enfermedad que está siendo muy investigada.
Todos los hospitales que atienden úlcera de Buruli en
todo el mundo están bajo la tutela de la Organización
de Naciones Unidas. Bueno, es lo más fuerte que yo he
visto en mi vida. También existen casos de esta enfermedad
en México, en Nicaragua, incluso en Australia y parece
ser que tiene que ver con lugares pantanosos, humedad
o algo así; pero nadie sabe la causa. Hay algo importante
que contar en Ghana por la cultura tradicional africana,
y en Ghana son muy tradicionales. No existen huérfanos;
no existen huérfanos porque cuando hablan de familia
no tienen en mente lo que nosotros tenemos.
La familia en África
Nosotros, cuando hablamos de familia, entendemos padre,
madre e hijos; eso es lo que nos viene a la mente. Al
africano no es eso lo que le viene a la mente; al africano
no es eso lo que le viene a la mente. Sabéis que prácticamente
en toda África existen lo que ellos llaman la familia
extendida. La familia son los padres, los hijos, los
hermanos e hijos, los hermanos y hermanas del padre
e hijos e hijas de hermanos y hermanas del padre, hermanos
y hermanas de la madre, hijos e hijas de los hermanos
y hermanas de la madre. En la tribu donde yo vivo, en
la lengua de ellos, no existe la palabra tío, porque
un tío es un padre; no existe la palabra primo, porque
un primo es un hermano, y lo es en toda la regla. Un
niño no tiene por qué vivir con su madre natural, puede
vivir con su madre natural, pero puede vivir también
con la hermana de su madre, que también es su madre.
Entonces, los niños no se quedan huérfanos. Cuando muere
la madre o el padre o ambos, siempre hay una madre o
un padre. Yo recuerdo cuando llegué nuevo a Ghana murió
la madre de un hermano marista de mi comunidad y fuimos
al entierro al pueblo, pero es que a los dos meses vino
y dijo -oye, que se ha muerto mi madre; -pero si se
murió el mes pasado; no, la otra. Es una concepción
de familia completamente distinta. |