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Dña. Rocío Ramos-Paúl, 'Supernanny'

Psicóloga

¡Haz de tu hijo un niño feliz!

En Bilbao, a 12 de mayo de 2008
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Rocío Ramos-Paúl

¿Y por qué la conducta? Pues, mira, la conducta es la reacción que tiene el niño cuando se relaciona con cualquier adulto, con cualquier situación, con cualquier niño. ¿Qué ocurre con la conducta? Pues, mira, que uno se tiene que creer firmemente que las conductas de los niños tienen que ser guiadas y controladas; guiadas a través de normas y controladas a través de consecuencias. ¿Y hasta cuándo? Que es la pregunta que luego me hacéis muchas veces; pues hasta que el niño tenga capacidad de control. Porque de momento, no hay ningún gen que diga que el niño sale sabiendo qué es lo adecuado y qué es lo inadecuado, qué es lo que puede hacer y qué es lo que no puede hacer. ¿Quién le enseña eso? Las normas. ¿Y quién le pone las normas? Papá y mamá. Luego ya vendrá el cole. Pero al cole, cuando llegan sin normas, ¡tela marinera! Porque también os digo: un niño que no ha conocido hábitos y límites, un niño de cuatro años que no ha conocido ni hábitos ni límites, tiene todas las papeletas del mundo para hacer un trastorno de conducta. Es decir, los niños que conocemos como niños agresivos, niños ansiosos, fíjate si le hacen falta, que no estamos hablando ni de 16 ni de 18, que no es como cuando muchas veces llegáis con el despacho, es que con 16 no hace la cama. Claro, ¿y ahora que hacemos con esto? Cuando lo podíamos haber visto antes.

Estamos hablando de cuatro solamente. Y os decía conducta -todo el mundo tiene que tener claro-, guiada y controlada, sin miramientos, porque no saben qué es lo que tiene que hacer, porque necesitan que nosotros a través de los premios y los castigos y las consecuencias, que podemos reducirlas de manera muy simplistas a premios y castigos, sepan qué pueden hacer y qué no pueden hacer. Cuando mi hijo me da las gracias por algo, "¡qué bien! ¡cómo me gusta cuando me das las gracias!" Mi hijo volverá a decir gracias.

Y, luego, hay otro segundo concepto, al hilo de la conducta, que es la estimulación. Y os decía, "fijaros, si tenemos este potencial somos responsables de alguna manera". ¿De qué? De estimularlo, y estimularlo es un concepto que hasta ahora se ha unido mucho a niños que tenían determinada carencias o deficiencias y, de repente, alguien dice "oye, que no, que esto también vale para desarrollar en los niños". Y yo os digo hoy: sí, y además uno puede estimular en su casa perfectamente y lo vamos a ver, y vais a ver como lo estáis haciendo. Y estimular ¿por qué? Porque estimular es provocar un aprendizaje. Es decir, mi hijo no sabe hacer algo como ponerse los calcetines, y yo le enseño a ponerse los calcetines, y yo estoy estimulando a mi hijo porque le estoy enseñando a hacer algo, la estimulación requiere de tiempo y tenemos poco. Pero, verdad que en la vida cotidiana hay un montón de cosas que haces con tu hijo, que lo único que tienes que hacer es darte cuenta de que lo estas haciendo y haciendo con calidad. Entonces, mi propuesta, o la que nosotros solemos hacer desde el despacho -yo tengo un equipo que trabaja conmigo-, juntamos estos tres conceptos y decimos: bueno, está la estimulación, está la falta de tiempo y está la necesidad que tienen los niños de sentirse valorados, de sentirse queridos, de sentirse atendidos por los padres.

Y decimos: ¿qué hacemos? Pues vamos a emplear el tiempo que pasamos con nuestro hijo en que ese tiempo sea de calidad. Y calidad implica, hacerle a él protagonista, y a veces, puede ser diciéndole que no y manteniéndolo. Y eso es dar calidad al tiempo que pasa con él; y otras veces puede ser jugando. La calidad al tiempo sólo se la pones tú. Yo te puedo contar cien mil formas de estimular a un niño. Sólo los padres en casa podéis ponerle la calidad a ese tiempo, a esa actividad, y, fijaros, es tan importante la calidad y la atención que se hacen varios estudios. A mí me gusta traer uno que es muy antiguo y que conoceréis, que se hizo con unos monos, los monos de Harlow -seguro que alguno sabéis de lo que estoy hablando-, donde a los monitos, -fijaros que curioso-, son crías muy chiquititas y se les pone una madre que les da de comer, pero es de alambre, -ese es el truco- y la otra que es como un peluche. Entonces, los monos se meten allí donde el peluche y llegando la hora de comer se mantienen allí y se dan cuenta de que incluso a pesar de el hambre y de las carencias que supone no comer, prefieren mantenerse con el peluche. Pues imaginaros eso en vuestros hijos. Salvando las diferencias, que ya sé que ninguno de los vuestros es un monito, mi reflexión al hilo de esto por lo que yo os traigo el ejemplo es: sabemos que la atención es necesaria y que las carencias que produce la falta de atención, la falta de cariño son iguales o peores que las de la de alimentación.

Y yo hago la siguiente reflexión ¿dejaréis a vuestro hijo sin comer porque sí, sin que hubiera ninguna razón de peso? Supongo que no ¿por qué les dejamos sin tiempo para ellos? ¿Por qué les dejamos sin tiempo de atención? Porque la carencia que va a generar es la misma. Entonces, ahora, me diréis "ya, pero es que no tenemos tiempo". Pero es que yo ya os lo he dicho, el tiempo que pasemos con nuestro hijo es el que tiene que tener calidad. Entonces, si seguimos bajando en conceptos antes de pasar a los siguientes. Os voy a volver a poner una tarea ahora mismo y quiero que todos pensáis en diez actividades que hagáis con vuestro hijo semanalmente. No estamos hablando de grandes actividades, no hay que hacer parapente, vale con ayudarle a vestirse o desayunar con él. Solamente con eso, si además montamos en bicicleta mucho mejor. ¿Cómo se llama el mejor amigo de tu hijo?; ¿cuál es el juego favorito de tu hijo?, ¿Cuáles son sus dibujos preferidos en la tele?, o ¿qué es lo último que ha aprendido? Y si son cinco puntos el que no sepa contestarlos, cuando vuelva a casa, por favor, que se plantee urgentemente que tiene que pasar más tiempo con su hijo. Pero urgentemente. Son cinco preguntas, fáciles de contestar, que un niño te cuenta enseguida, si es un bebé.

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Conferencias del Aula de Cultura. Año 2009

 


Enrique Pallarés: . La ansiedad. Qué es y cómo manejarla


Fernando Trías de Bes : Qué podemos aprender de la crisis y cómo evitar que vuelva a suceder


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Nuria Roca : 'Los caracoles no saben que son caracoles'


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José Poal Marcet: '¡Llegó la crisis! Claves para entenderla y hacerle frente'


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Alfonso Mateo Sagasta: 'Las caras del tigre: el sueño de un paraíso sin manzanas. En el centenario de Darwin'


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Divergencias 'Cultura entre líneas'
Por César Coca, Oscar B. Otalora e Iñaki Esteban

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