Y aquí volvemos a ligar otra vez con la parte emocional. Entonces, esto es un instrumento muy valioso a la hora de educar a nuestro hijo, y a la hora, por ejemplo, de conseguir que duerman por las noches. Algo que a los papas primerizos con bebes les suele preocupar mucho. Porque el bebé recuerda aquella música que ha escuchado en la etapa prenatal y, entonces, se relaja, porque recuerda aquel ambiente de protección en el cual él la había escuchado. Es decir, el niño relaciona los momentos emocionales con la música que escucha, de la misma manera, que todos recordamos la música que sonaba la primera vez que nos dieron un beso, cuando nos enamoramos o cuando te dan algún disgusto, que también pasa.
Tenemos mucha memoria auditiva y nos preguntamos por qué; pues porque es el primer sentido que está desarrollada, ya desde la etapa gestacional. Entonces, la música nos ayuda a sintonizar determinadas frecuencias, nos ayuda a ser capaces de aprender más de un idioma. Los niños que están habituados a escuchar música clásica, música moderna, música barroca, música romántica, desde muy pequeñitos tienen una facilidad sorprendente para aprender más de una lengua. Y esto también está comprobado: los niños que están estimulados desde muy chiquitines son capaces de hablar cuatro y cinco lenguas sin ningún esfuerzo. Sabéis todos lo que cuesta aprender una segunda lengua. Cuando empiezas a los 5, 6 años, en cambio, estos niños que están trabajados, bueno trabajados no porque en realidad es jugar y escuchar la música cómo sintonizan y son capaces de discriminar los distintos fonemas de las distintas lenguas y cómo eso les ayuda en su desarrollo.
Entonces, es muy interesante también observar cómo diferentes músicas estimulan diferentes partes del cerebro. Como hemos dicho, la música clásica -clásica se refiere al periodo clásico, es decir, Mozart, Beethoven, Bach-, estimulan la parte derecha del cerebro, que hemos dicho que es la responsable de las matemáticas, de la lógica, del espacio-temporal y de la concentración. Es una música que, cuando la escuchas, te relaja y te ayuda a concentrarte, Y luego tenemos, por el contrario, la música impresionista, la música romántica, que estimula la parte izquierda del cerebro que es la responsable de la capacidad, de la fluidez verbal, de todo el área del habla y de la creatividad y de la fantasía. Y el tercer grupo de música, que sería la música moderna, a partir de Elvis Presley y los Beatles, es una música que ayuda a estimular toda la parte psicomotriz, porque a diferencia de las músicas que hemos comentado antes, la música moderna te hace bailar, y es una música que activa el sistema neuronal y ayuda a coordinar todas las funciones psicomotrices.
Entonces, vemos que la música abarca un amplio abanico de estimulación multisensorial, que es como nace la inteligencia, o sea, la inteligencia en los niños. No sé si sabéis, la evolución del niño se compara con la evolución de los primates, de los monos, de los gorilas, y de 0 a 2 años la evolución es prácticamente idéntica. Un niño y un mono criados juntos se desarrollan exactamente de la misma manera hasta llegar a los 2 años. A los 2 años hay una diferencia: el mono se queda donde está y el niño empieza a hacer una progresión geométrica en su evolución intelectual, porque interviene el lenguaje y el lenguaje es lo que nos diferencia y es lo que hace crecer. Pero si nosotros no hemos trabajado la inteligencia a nivel multisensorial, ese niño cuando aprende el lenguaje no tiene conceptos a los que poner, esas etiquetas verbales, y entonces su trabajo es mucho más lento. En cambio, si este niño ha escuchado todo tipo de músicas, ha gateado, ha ido a la piscina, hemos jugado con él, ha hecho pintura de manos, todo tipo de juegos, sobre todo dentro del entorno amoroso, le hemos abrazado, le hemos hecho cosquillas, multisensorial que quiere decir que tiene que recibir información a nivel de todos sus sentidos: del tacto, del oído, del olfato, las caricias, este niño va a ir descubriendo a través del movimiento y a través de todos los sentidos muchos conceptos, como, por ejemplo, arriba, abajo, derecha, izquierda, rugoso, frío, caliente, y entonces, cuando aprende hablar va asignando etiquetas verbales a esos conceptos que él ya ha ido aprendiendo y, por lo tanto, su aprendizaje es muchísimo más fácil. |