Cabecera del Aula de Cultura Home

D. Juan José Millás

Escritor y periodista

Los objetos nos llaman. La mirada de Juan José Millás

En Bilbao, a 24 de noviembre de 2008
Imprimir página 1 de 9  imprimir conferencia
Página: 1 2 3 4 5 6 7 8
 
Javier Moro

Tras este desencuentro fundacional con el lenguaje, me llevaron al colegio por primera vez. Tenía seis años. Recuerdo como hoy el primer día de clase; mi madre me condujo de la mano, y me abandonó en medio del caos infantil; alguien me señaló un lugar en una file y comenzaron a empezar lista, los niños cuando el profesor pronunciaba su nombre gritaban "¡Vicente!" En realidad como averigüé más tarde, gritaban "¡presente!", pero yo entendía "Vicente"; de modo que, cuando escuché mi nombre, hice lo mismo. El asunto tenía cierta lógica, porque el director del colegio se llamaba Vicente, como mi padre, por cierto, pero lo más curioso es que, del mismo modo que yo entendía "Vicente" cuando ellos gritaban "presente", ellos entendían presente cuando yo decía "Vicente". Quiere decirse que no sólo tengo una lengua de trapo, como ustedes ya habrán advertido, sino un oído de trapo también.

Transcurrió el tiempo, y allá hacia la mitad de curso se murió el director y pusieron a uno que se llamaba "Federico". Cuando pasaron lista al día siguiente de su nombramiento, advertí con sorpresa que todo el mundo continuaba diciendo "Vicente", en vez de "Federico", que sería lo lógico. Mientras el profesor desgranaban los nombres como una letanía y mis compañeros repetían mecánicamente el nombre del anterior director, yo empecé a enfermar de los nervios. Era un crío con problemas de aprendizaje y una autoestima baja. De súbito, vi la posibilidad de rehabilitarme, si cuando llegara mi turno nadie se hubiera dado cuenta, gritaría orgullosamente "¡Federico!" y sería felicitado por todo el claustro; quizá me pusieran en el cuadro de honor porque haber sido el único en darse cuenta de que las cosas habían cambiado. Pasé los minutos más angustiosos de mi vida, pidiéndole a Dios que, por favor, nadie se diera cuenta antes de que llegaran a la M de Millás. Finalmente, el profesor dijo "¡Juan José Millás!" y yo grité a todo pulmón "¡Federico!" Se hizo en el patio del colegio un silencio estremecedor; todos los rostros se volvieron hacia mí con una expresión de extrañeza que no había visto jamás; parecían que miraban a un loco.

Entonces, en cuestión de segundos y gracias a una de esas revelaciones que nos sobrevienen de golpe, comprendí el malentendido levantado a lo largo de los meses, pero comprendí al mismo tiempo que la justificación sería mucho peor que la enfermedad, por lo que, cuando pidieron que me explicara, me encerré en un mutismo del que tardaría semanas en salir. Ya en casa, sonó el teléfono y lo cogió mi madre, escondido debajo de la mesa camilla, la escuché hablar con alguien del colegio, quizá el mismo Federico que, evidentemente, debía de estar contándole lo sucedido. Mi madre, muy preocupada, le relató lo de las "sillas" y los "sillos", lo de las "aspirinas" y "aspirinos", lo de los "colegios" y las "colegias". No sé que le dijeron, pero ella aseguró que me observaría.

Intuí entonces que el lenguaje era un territorio minado, que no debía fiarme de nada de lo que escuchara y que debía disimular las relaciones de conflicto que había establecido con él. Me torturaba con ideas locas, por ejemplo, no lograba entender por qué cuando pronunciaba la palabra casa, veía una casa dentro de mi cabeza, pero cuando decía "ca" no veía media casa y no me atrevía a preguntar por qué. Pensé que se debía a una minusvalía personal. Tampoco entendía por qué al hablar de mi mismo en primera persona no me quedaba otro remedio que recurrir al yo. Podía decir, "yo como", o "yo voy al cine", pero no "Juanjo como" o "Juanjo va al cine". Para hablar de mí y desde mí, tenía que recurrir sorprendentemente a la tercera persona -"Juanjo come" o "Juanjo va al cine"-, y así es como hablan de sí los emperadores y los papas y los reyes. Quizá no tanto por una cuestión de vanidad como por una increíble limitación de la gramática. Estamos condenados a hablar de nosotros en tercera persona como estamos condenados a observarnos a través del espejo. ¡Qué espanto el lenguaje y los espejos! y qué espanto que fuera del lenguaje y de los espejos no hubiera nada. Me volví un crío silencioso, que, sin embargo, lo escuchaba todo. Me fascinaba espiar a los adultos, ver cómo salían las palabras de sus bocas; quizá porque yo no veía palabras, sino gorriones, piedras.Había adultos cuyas palabras era tan pesadas que rodaban nada más salir de entre los labios por todo su cuerpo hasta golpearse hasta el suelo; los había que soltaban palabras negras como escarabajos, que al poco de abandonar la boca, sin embargo, desplegaban esa suerte de lencería fina o de ropa interior, con los que volaban alrededor de los labios de las mujeres y hombres antes de diluirse en el aire como el hielo en el agua.

Página: 1 2 3 4 5 6 7 8

Conferencias del Aula de Cultura. Año 2009

 


Enrique Pallarés: . La ansiedad. Qué es y cómo manejarla


Fernando Trías de Bes : Qué podemos aprender de la crisis y cómo evitar que vuelva a suceder


Carmen Iglesias : 'No siempre lo peor es cierto. Mitos y tópicos en la Historia de España '


Nuria Roca : 'Los caracoles no saben que son caracoles'


John Carlin : 'El factor humano Nelson Mandela y el partido salvó a una nación'


Bernabé Tierno: 'Fortalezas humanas, educación y valores en la familia'


José Poal Marcet: '¡Llegó la crisis! Claves para entenderla y hacerle frente'


Jaime Peñafiel: 'La mirada y la palabra de Jaime Peñafiel'


Alfonso Mateo Sagasta: 'Las caras del tigre: el sueño de un paraíso sin manzanas. En el centenario de Darwin'


Jordi Garrido i Pavia: '¡Maldito trabajo! Todo sobre el mobbing y el concepto de 'estar quemado'


Aureliano García Manzanal: 'Ghana: educación y desarrollo'




Aula de Cultura
Fundación Vocento


El Aula de Cultura de la Fundación Vocento desarrolla un extenso programa anual de conferencias con el objetivo de contribuir a la difusión de acontecimientos, actitudes y valores que permitan a los ciudadanos desarrollar un juicio crítico sobre los problemas de su tiempo.

Hemeroteca: Guía de conferencias por años, textos íntegros


 [Conferencias del Aula de Cultura 2009]
 [Conferencias del Aula de Cultura 2008-2005]
 [Conferencias del Aula de Cultura 2004-2002]
 [Conferencias del Aula de Cultura 2001-1999]

 

Arturo Pérez Reverte

Pérez Reverte.Conferencias

Espido Freire

Espido Freire Conferencias

Divergencias 'Cultura entre líneas'
Por César Coca, Oscar B. Otalora e Iñaki Esteban