Dijo : "Ahora sí que estamos cerca, el detector de metales me dice que estamos cerca; así que esperen un poquito porque vamos a sacar la cuarta foto". Y entonces, nos hizo sentar y dibujó un ratito, y luego, después de dibujar un ratito, se arrodilló en el suelo y nos dijo: "Saquen la foto". Y la foto es ésta. El efecto de que él está metido dentro de un pozo es, por supuesto, un efecto; él está arrodillado y todo lo que se ve ahí es un dibujo, salvo el famoso detector de metales, que no es tal. La niña que está allí le está diciendo "¿qué hace ese señor arrodillado ahí?" Y la madre le dice, "no sé; debe ser un loco que hace cosas raras". Y dijo: "Bueno, ahora sí que llegamos al tesoro; esperen que dibuje un poquito y hacemos la quinta y última foto". Y esta es la última foto. No hay nada más que un dibujo en el suelo y, sin embargo, la sensación de profundidad, la sensación de que hay un agujero en el suelo y que hay tierra amontonada es verdaderamente impactante.
A mí me parece asombroso que él pueda hacer estos dibujos y que él pueda darse cuenta de cuál es el efecto que van a tener los dibujos que hace. Pero si en esta misma historia que vemos aquí de este mundo dibujado por él, en lugar de conformarse con lo que uno ve, uno trepa por la escalera que está allí a la derecha de ustedes, a sacar la foto desde otro ángulo, uno ve cuál es verdaderamente el dibujo, el verdadero dibujo; pero visto desde el lugar dónde él dice que hay que verlo, esto es lo que se ve. Y esto es impresionante también si uno, por ejemplo, este dibujo, y también, es impresionante saber cómo él viene, se saca la ropa, se pone un bañador, posa para la foto cada vez que se lo piden a esta supuesta bañista.
Cuando yo estaba en esta fotografía que él hace varias veces en varios lugares, yo tenía muchas ganas de ver el otro efecto, la otra cara, qué pasaría si uno saca la fotografía desde el otro lugar; no desde el lugar donde está sacada, sino desde enfrente. Entonces, fui a hacer la foto desde en frente; él se enojaba mucho porque no le gusta que saquen fotos desde otro lugar, pero yo necesitaba tenerla porque necesitaba saber cuál era lo que él realmente dibujaba, porque era imposible de verlo. Aquí está, éste es el dibujo verdadero de Julián Viver que él puede pesquisar, que va a dar la obra de arte que después uno ve cuando lo ve desde el lugar inadecuado. Y un día caminando por Madrid me encuentro esto, a mí me hizo acordar mucho a los dibujos de Julián Viver. Cuando vi esto desde el lugar indicado esto es lo que se veía y lo notable de todo esto es que el perro de la derecha es un perro verdadero, el de la izquierda no, pero el de la derecha, sí. Y a pesar de que todo está absolutamente incorporado a la obra, porque está puesto allí, para que uno tome la fotografía desde el lugar donde está tomada la fotografía. Este señor que hizo esta obra se llama "Eduardo Reglero", que es un compatriota mío -es argentino-, y hace también este tipo de cosas.
Julián Viver y Eduardo Reglero, que hacen obras de arte que sólo pueden apreciarse si uno los ve desde el lugar adecuado, porque si uno no las ve desde el lugar adecuado no puede apreciarse la obra de arte. ¿Por qué traigo esto hoy? Porque en este camino de descubrir quién uno es, uno tiene que darse cuenta que cada uno de nosotros es una obra de arte, cada uno de vosotros es una obra de arte, y si ustedes no lo saben es porque no se está mirando desde el lugar adecuado. Y si ustedes no son capaces de ver una obra de arte en sus hijos, en sus parejas, en sus padres, en sus amigos; si alguien en el mundo que ustedes no pueden ver como una obra de arte es porque no se están poniendo a verlos desde el lugar indicado.
Entonces, qué bueno sería aprender a mirarse desde el lugar indicado, para descubrir la obra de arte que uno es. Y si uno no lo sabe, hay alguien en el mundo -si no te lo encontraste todavía te lo vas a encontrar- que te mira con esos ojos que se mira una obra de arte y que sabe que tú eres una obra de arte. Pregúntale a él desde dónde te mira. Para aquellos que como yo hemos tenido la suerte de nacer en una casa donde mis padres se amaban entre sí, nos querían mucho a nosotros, nos miraban a mi hermano y a mí como obras de arte, era fácil, porque bastaba con pegarse al lugar desde donde ellos te miraban para darte cuenta que había una obra de arte en uno. Para los que no han tenido esa suerte, no está todo perdido; habrá que buscar en el mundo, porque hace falta alguien, por lo menos alguien, que alguna vez te mire con esa cara, que alguien descubra alguna vez y te diga alguna vez que eres valioso. Porque eres único, porque eres irrepetible y porque hay en ti una obra de arte; mirar desde el lugar que esa persona te mira y el día que lo sepas y el día que lo sepas podrás decirle a los demás que son obras de arte y podrás asumir que lo eres también y podrás saber que el que no te ve así es porque no te está mirando desde el lugar correcto. |