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Y lo primero que digo en este libro es que estas tres preguntas se contestan muchas veces a lo largo de la vida de cada uno, pero que tienen que contestarse en ese orden, en ese riguroso orden: quién soy, dónde voy y con quién. Y que hay que tener mucho cuidado en respetar ese orden de respuesta, porque, si voy a cambiar ese orden, posiblemente permita que quien me acompaña elija mi rumbo y esto sería muy malo para mi futuro, o voy a permitir que la dirección en la que voy defina quién soy y esto es muy malo para mi presente. ¿Quién soy?, ¿dónde voy? y ¿con quién? preguntas que hay que contestarse muchas veces, pero que sobre todo, repito que hay que contestarse en ese riguroso orden; y por eso me parece que a la hora de pensar en quién soy es importante saber que soy mucho más que lo que tengo, que soy mucho más que lo que he estudiado, que soy mucho más que esto que se puede ver desde fuera; que hay una esencia en nosotros y que esa esencia es además única; y el hecho de que sea única es realmente maravilloso. Aprendí esto de muchas maneras y de muchos maestros, pero, sobre todo, voy a decir lo mismo que quiero decir mostrándoles unas imágenes.
Cuando yo estaba en México presentando alguno de mis libros -yo no me acuerdo cuál en realidad-, me informaron, me enteré de que había un señor, un artista, un artista callejero que se llamaba Julián Viver, Julián Viver, es un hombre que hace dibujos en tiza en la calle, después y con el tiempo, muchas personas me enviaron algunas de las cosas que Julián Viver hacía pero en ese momento yo no le conocía todavía, no sabía quién era. Me contaron que hacía cosas fantásticas y me invitaron a que lo vaya a ver porque estaba dibujando, en pleno zócalo, en el centro de México. Así que yo fui a ver a Julián Viver. Hace dibujos en tiza y en el suelo y tiene esa magnificiencia los dibujos; esa presencia impresionante; esa calidad de detalle. Una de las características que tiene Julián Viver es que participa de la obra que hace; y a la hora de fotografiar estas obras él siempre dice: "esta obra se fotografía desde este lugar"; y tiene una marquita en el suelo desde donde él pide que se tome las fotografía.
Las obras son impresionantes porque, sobre todo, tomada la foto desde el lugar en que él dice que hay que tomar la foto, tienen esta tridimensionalidad. Allí no hay nada que tenga volumen, no hay nada que salga del nivel del suelo; es todo un plano absoluto; es su presencia con el dibujo y el lugar desde donde hay que tomar la foto lo que da esa sensación de tridimensión. Uno quizá no podría creer que allí no hay nada, ningún agujero, nada saliendo desde los fondos de la tierra, sino solamente él pidiéndote que saques la fotografía desde donde él dice que la saques y, por supuesto, posando y participando junto con ello.
Cuando yo lo fui a ver, el había empezado a ser muy famoso, porque había hecho una publicidad de una gaseosa. A pesar de que parece que hubiera allí una botella enorme, no había absolutamente nada más que un dibujo hecho en el suelo, en la calle, con esa preciosidad que tiene, pero con ese volumen que da, con esa obra de arte que solamente se ve desde el lugar en el que él dice. La primera vez que le fui a ver, efectivamente, él había dibujado esto en el suelo; y este dibujo yo todavía hoy lo veo, me acuerdo de la sensación de la primera vez que lo vi, y sigo sin poder creer que esto sea solamente un dibujo, que no hay ninguna caja, que no hay ninguna mano metida dentro de ninguna caja, que no hay ningún volumen de nada, que es solamente un dibujo. Y que la sensación de perspectiva desde donde se toma la foto es la que da esta sensación.
Cuando le conocí me acerqué a felicitarlo, porque, de verdad, me parecía que el trabajo que hacía era realmente impresionante. No podía yo entender cómo él se daba cuenta del dibujo que tenía que hacer para poder lograr este efecto. Entonces, él me dijo: "Bueno, si les gusta -yo estaba con unos amigos-, si les gusta vengan mañana y mañana voy hacer algo especial". Entonces, al día siguiente, a las nueve de la mañana, lo encontramos a él y él había traído esta especie de detector de metales, que era un falso de detector de metales; era una especie de lata de dulce puesta sobre un palo. Entonces, él dice: "Vamos a buscar un tesoro aquí, así que saquen la primera foto para que se acuerden cómo estaba todo antes de empezar". Y entonces, él empezó a pasar su presunto detector de metales hasta que de repente algo hizo sonar "¡pi!, pi!". "¡Oh! Parece que hemos encontrado algo; ahora siéntense un poquito que yo voy a dibujar y después que dibujo un ratito hacemos la segunda foto." Entonces, nos sentamos y él dibujó un ratito; y luego un ratito dijo: "Bueno, pónganse aquí y hagan la segunda foto". Es un dibujo y la genialidad de él para saber darle el efecto de que hay verdaderamente un agujero. "Si se sientan, dibujo un ratito más y hacemos la tercera foto." Y nosotros nos sentamos y él hizo la tercera foto. No hay ningún agujero de nada; es solamente un dibujo en el suelo, es la falsa perspectiva del lugar donde estamos lo que da la sensación. La gente que pasaba miraba sorprendida qué estaba pasando, sobre todo, los que no habían estado en toda la gestión de lo que había pasado con los dibujos. |