Creo que a los chicos, y no se está haciendo lo que voy a decir, deben de contactar con el dolor y con la muerte. Este es uno de los criterios para mí esencial, y desde luego, los que tenemos la suerte de estar en fundaciones como Pequeño Deseo, o tantas otras, vemos lo esencial que resulta para los niños sanos ver que otros niños que han perdido la salud y que eso es lo importante, que eso es lo trascendente en la vida.
Facilitar tener amigos. Nada tiene que ver con los colegas, o con la gente que me va bien a mí, quedar a cenar para tener un interés. No, no, amigos. Desde el apego, ¿cada cuánto hablo con mis amigos? ¿Cultivo la amistad?
Fomentar la independencia. Saben ustedes que en España un joven vive como media en casa de los papas 34 añitos. Es verdad que habría que plantearse los temas de cómo acceder al mundo del trabajo con garantías, de cómo tener una vivienda digna, pero también es cierto que, quizá, los adultos nos hemos acostumbrado a estar con los hijos y hay miedo a lo que algunos psicólogos han llamado el síndrome del nido vacío. Claro, que de pronto miras a tu pareja, cuando se va el hijo y, claro, te entra una soledad. Esto es un tema que habría que también plantear.
Creo que otro reto es plantear las distintas edades. ¿Dónde está el dilema? En que hemos hecho una sociedad en que lo único interesante, lo único importante es ser joven. Todo el mundo quiere ser joven, todo el mundo se quiere quitar las marcas. Yo tengo mis dudas. A mí me encanta la gente de campo, que le ves en su rostro las marcas. ¿Quién ha dicho que un papel escrito es peor que un papel en blanco? No lo sé. Me parece que con sosiego habría que propiciar la palabra, la ternura y el saber estar de los mayores. En ese sentido, bueno, ¡qué fundamental es trabajar en el respeto intergeneracional! más en una sociedad en que ha cambiado mucho lo que es coetáneo de lo que es contemporáneo; en una sociedad donde yo, por ejemplo, soy hijo único, pero es que hoy no es que haya hijos únicos, es que hoy hay muchos hijos solos, que no es lo mismo, que no tienen con quien estar.
Bueno, creo que es esencial como reto, por ser una vivencia positiva de las intenciones ajenas, el mundo para mí se divide en dos: los que miramos a los demás y decimos qué buena gente, -tú miras a la gente y qué aspecto te dan, en general majetes-, y hay otros tipos que no, Los chicos conflictivos, los endurecidos con los que nosotros trabajamos desconfían de ti, no se vinculan. Yo trabajé ocho años con deficientes mentales, mi mujer lo hace cotidianamente y sabes que llegas a casa llena de mocos, sobados. Pero soy muy cariñoso. Cuando yo llegué al centro de Cuenca de reforma, centro duro, llegó el primer chaval complicado y le dije ¿qué tal estas?, y me dijo, "quítame ahora mismo la manita de encima". ¿Qué es lo que no admite? El vínculo, la implicación; eso es lo que no va admitir. Y esa es la pauta de la educación, para cualquier maestro, para cualquier padre.
Creo que es esencial en ese sentido, tener una vivencia positiva, que es lo opuesto de la paranoia. Por ejemplo, mirándonos a los ojos en el espejo, qué pienso de los otros, nos acompaña ahora mismo Marichu Llela, una mujer que trabaja en instituciones penitenciarias, que es pura simpatía, puro cariño, pura ternura; y trabaja con tipos duros, pero entiendo lo positivo y la posibilidad de reformar, sin olvidar nunca la víctima. Pero, desde ese posicionamiento y, por eso nos parece muy triste los jóvenes que te dicen "estoy de vuelta de todo", cuando quizás no han llegado a nada.
Un reto sería la solución de la elegancia, de la urbanidad. Hoy que estamos rodeados de vulgaridad, de zafiedad, de grosería, yo tengo que decir que me quedo asombrado cuando voy por la calle y oigo a niños y niñas de 12 y 13 años decir frases para mí irrepetibles. Y cuando hablo de zafiedad, la persona que va a televisión a hablar mal de alguien que murió hace 15 años. Me parece de una gravedad extrema. ¿Usted lo prohibiría? Sin duda. Me parece que un yogurt caducado no se le debe dar a un niño, y hay cosas que son más lesivas, como es, por ejemplo, unir sexo y violencia. Me parece que es realmente preocupante. |