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Pero no me gusta nada que se rían de mí; "de mí que no se ríe nadie"; incluso, seguramente, alguno de los peores momentos, casi con toda certeza de los peores momentos que habéis pasado cada persona aquí en su vida, ha sido que alguien se estaba riendo de él o de ella, se reían de ti o, incluso, pensabas que alguien pudiera reírse de ti. Por lo tanto, tal cosa que ya no la podías hacer porque podían reírse de ti... La risa también es algo que puede ser un arma terrible es algo bastante habitual, incluso en relaciones de acoso, de mobbing, de bullying. La risa puede ser algo terrible también. Entonces, realmente, a mí lo que me interesa en esta conferencia es hablar no del humor en general, sino de lo que voy a llamar un humor positivo.
Cuando hablo de humor positivo lo que quiero decir es un humor en el que, en principio, es un humor inofensivo, un humor no agresivo, no insultante, en el que no excluimos a nadie. En principio, al menos, esa es la intención. Aquí podía haber muchos ejemplos. El primero es reírse de uno mismo. A veces nos reímos también de personajes ficticios, nos reímos de los absurdos. A veces no sabemos ni de qué nos reímos; esta risa tonta. ¿Pero de qué te ríes? Pues, no lo sé. O, incluso, podemos también a veces reírnos de los demás. Pero si nos reímos de los demás, nos reímos con los demás también. O sea, tú te ríes del otro, pero, en definitiva, es un juego y te estas metiendo con la otra persona. Pero hay confianza y está bien. Eso también lo podemos hacer. No voy a decir que no nos riamos de los demás, pero esta cosa que, cuando hay confianza, que te metes con el otro, pero que hay confianza, esto es lo bueno y lo malo de la confianza. Entonces, de eso hablo. Entonces, claro, la gente, cuando piensa en humor, muchas veces, lo primero que le viene a la cabeza, son los chistes, que ya los he mencionado antes, pero los chistes, en realidad, si lo pensáis, hay muchísimos chistes. Hay muchos chistes que dejan fuera a mucha gente y es complicado lo de los chistes.
Hay chistes también muy buenos y que son muy neutros, y todo lo que quieras. Pero lo de los chistes, quizás, no es el mejor ejemplo y, de hecho, para muestra, también, ya hemos tenido aquí algún ejemplo. Pero quería que nos fuéramos a casa también con algún saborcillo de un tipo de humor que incluso sin palabras. El humor no hace falta, ni las palabras, para divertirse. Los beneficios del sentido del humor, concretamente, en el tema de la salud, hay muchísimos beneficios que los investigadores del humor han encontrado. Muchos beneficios del humor. Podríamos hablar del humor en la comunicación, por ejemplo. Antes he citado a Karlos Arguiñano. Por ejemplo, Karlos Arguiñano es una persona que no es que sea el mejor cocinero del mundo, ni el que más recetas sabe, pero ha tenido una inmensa popularidad porque las cuenta con una gracia, que, claro, que te quedas enganchado. ¿Por qué este hombre ha tenido un gran éxito comunicando? Porque, tiene esa gracia, esa capacidad de comunicar.
La creatividad. Se ha visto que la gente después de ver un video cómico es más creativa, lo cual es algo impresionante. Les ponen un ejercicio creativo y son más creativos, es más generosa, lo cual también es algo impresionante. Pero aquí vamos a hablar sobre el tema de la salud, y en el tema de la salud hay que decir que es un tema que, en los medios de comunicación, ha gustado mucho, se ha avanzado mucho, se ha hablado mucho de la risoterapia. Seguramente, habrá personas aquí que no sólo han leído sobre risoterapia; incluso que han ido a cursos de risoterapia. Posiblemente, han ido a sesiones de risoterapia y la risoterapia está muy bien, pero es verdad que también sobre este tema algunos risoterapeutas dicen unas cosas que, la verdad, son un poquito exageradas que, normalmente, tienen mucho fundamento científico. Y quería hablar un poquito sobre esto. No sé si habréis oído alguna vez la siguiente idea: un minuto de risa equivale a diez minutos de ejercicio físico o, a veces, dicen un minuto equivale a 45 minutos de relajación. En fin, esto se ha dicho por ahí. Otra idea es que la risa puede ser curativa. O sea, que tú te ríes, te pones películas de los hermanos Marx y te curas. Esto se ha popularizado. La idea viene de un libro que se llama Anatomía de una enfermedad, de Norman Cousins. Norman Cousins tuvo una enfermedad muy dolorosa y muy dura, que se llama espondilitis anquilosante, que te va anquilosando la columna vertebral. Es algo muy doloroso, una enfermedad terrible. Y él descubrió que poniéndose películas cómicas conseguía dormir más y sin dolor. Riendo, a lo mejor 10 minutos, pues podía dormir durante una hora tranquilamente. Y, al final, después de estar así durante varios años, viéndose todos los días varias películas -se había recetado esta dieta de películas cómicas- se curó misteriosamente de una enfermedad aparentemente incurable. Este hombre era, además, periodista. Escribió un libro y fue un bestseller, que se ha publicado en todos los idiomas. Un libro conocidísimo. Entonces, yo no voy a decir que el señor Cousins no se curara por ese motivo; no lo sé realmente. Pero lo que es cierto es que no hay pruebas científicas. Es una anécdota, y no hay pruebas científicas de que nos podamos curar de esa manera con el humor. No hay otros casos de otras personas que leyendo ese libro de Cousins luego lo aplicarán a su espondilitis anquilosante y se curaran de la misma manera; no. No sabemos si fue por eso, si fue por la dieta, que también se impuso, de vitamina C, por los cuidados que le daba su enfermera es que no se sabe, podía ser por la risa, pero a lo mejor. Pero el hecho es que no hay pruebas de que la risa haya curado nada. |
