Recordemos que adoptar no es un derecho, sino un privilegio, mientras que ser adoptado sí es un derecho recogido internacionalmente. Quiero decir con esto que antes de ver nuestros propios intereses como padres, debemos estudiar qué es lo más adecuado para dar a ese menor un entorno familiar favorable. Lo importante es el niño y no nosotros. Muchos de los padres que solicitan una adopción lo hacen porque desean realizarse como tales, poniéndose ellos en primer lugar, sin darse cuenta que lo importante son los intereses del menor. Los hay también que piensan que mediante la adopción están realizando un favor al pequeño, que lo sacan de una vida mísera y sin futuro, sobre todo después de haber visto el documental Las habitaciones de la muerte, y lo llevan a una sociedad mejor donde tendrá más oportunidades. Aunque eso, en alguna medida, es cierto, no se dan cuenta que es precisamente el niño el que les devuelve muchas veces la felicidad, el entusiasmo por la vida y por crear una familia. A la vez que el niño recibe el cariño de sus padres, son precisamente ellos los que más partido sacan de la adopción, pues son más conscientes de lo ocurrido que el propio menor.
Sin duda, adoptar es algo maravilloso, pmaravilloso, pero sólo se debe realizar cumpliendo absolutamente con todas las garantías y dentro del marco legal que estipula cada país. Las adopciones ilegales, compra de niños, sobornos y demás, que con tanta frecuencia observamos en países donde el proceso de adopción no es claro y transparente, debería perseguirse y combatirse. Afortunadamente, hoy en día, China ofrece garantías y transparencia durante todo el proceso, por lo que se ha convertido en el país idóneo para realizar el proceso de la adopción internacional.