Cuando Manos Unidas me invitó para esta charla pensé un poco el título que ponerle al acto y pensé en este título ¿Un mundo mejor? ¡Sí, se puede! ¿Por qué? Porque normalmente la imagen que tenemos de África es una imagen infame, de guerras, hambruna, negocio de diamantes, de petróleo... y yo intentaré dar un signo de esperanza. Tenemos un sistema de salud que es un sistema de referencia en Douala, que es la capital económica de Camerún, e intentaré hablar un poco de lo que realizamos en estos once años, con la colaboración también de Manos Unidas. Bueno, supongo que en la sala habrá muchos miembros de Manos Unidas y es la ocasión para agradeceros por toda la labor que estáis haciendo.
Bueno, ¿por qué África? África siempre ha sido el sueño de mi niñez. Cuando me preguntaban qué haría de adulto, yo siempre contestaba "seré médico e iré a África". Sobre todo después de leer una página de un escritor de Tanzania, que dice así: "Esta mañana te levantaste de tu cama, fuiste al trabajo, comiste, regresaste a tu hogar, acogido por el calor de tu familia,..." Esta siempre ha sido mi situación, una situación muy buena con mi familia, con mis amigos, en mi país, en Italia, "...pero millones de personas no tienen casa, trabajo, comida, calor de una familia y no tiene ninguna esperanza en un futuro mejor. Piensa en eso y, después, dime si este pensamiento no te hace volverte loco, o no te obliga hacer algo para que cada hombre sea más hombre y Cristo no haya muerto en vano para ti y para ellos".
Ésta fue la página que me condujo a Camerún hace once años. Y, bueno, si hablamos de África como acabo de decir, lo podemos considerar el continente maltratado, un continente donde se encuentra riquezas que sacar a bajo precio, donde se llevan guerras infames, donde se hacen las cosas peores del planeta. Pero hay un himno, que es el himno de África del Sur, que muchos africanos consideran como su himno, que es "Dios proteja a África". Lo que me impacta, cuando vuelvo a Europa, es este sentido de poder vivir sin Dios. En África esto no puede ser. Dios entra en la vida de cada uno, en política, en el sistema social, en salud. El africano no puede pensar su vida sin Dios.
Y, bueno, ¿qué problemas tenemos en África? Se habla mucho de armas de destrucción masiva en Irak -además, que no se encontraron-, pero en África sí que tenemos armas de destrucción masiva, que no interesan a nadie, como, por ejemplo, el paludismo. El paludismo hace dos millones de muertos cada año. Me impactó el año pasado cuando un periodista, en la presentación de la campaña de Manos Unidas, me preguntó qué opinaba de la gripe aviar. Yo digo, bueno, es una enfermedad grave, por supuesto, que hizo 88 muertos, el problema que está llegando a Occidente, pero en África cada año tenemos dos millones de muertos y la mitad son niños y esto parece que no le interesa a nadie. Que además tenemos el problema de Sida. Sabéis que hay un pleito de la firma farmacéutica Novartis contra la India. Si Novartis gana, no podremos conseguir medicación antirretroviral, lo que quiere decir que 24 millones de personas estarán condenadas a muerte. Y esto no sé si se conoce aquí en Europa. Puede ser que muy poco.
A Camerún le llaman el "África en miniatura", porque tiene todos los paisajes de África: de la selva ecuatorial altiplanos, sabana y desierto. Y, entonces, si queréis visitar un país bonito en África os aconsejo efusivamente Camerún. Tiene 16 millones de habitantes, y más o menos es de grande como España. Si vamos al norte es una zona con estepas, sabanas arbustivas y un clima tropical caliente y seco. En esta estación normalmente llegamos a los 50 grados y, bueno, es un país rural.